XVI. Run and Hide.

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Will vio su reflejo sobre el vidrio de la puerta de la máquina expendedora mientras que sus adoloridos pies -debido a tanto bailar- cargaban su adolorido corazón hacia su habitación. Al principio, no podía reconocer su propio rostro gracias a las lágrimas que bajaban por su piel y distorsionaban la imagen mientras dejaban un leve picor en sus mejillas.

El edificio estaba vacío excepto por unos muchachos sentados en la entrada fumando algún tipo de hierba. Quiso acercarse y probar, dejar que las sustancias se llevaran su confusión y dolor pero no pudo dar un paso más y cuando abrió la boca ninguna palabra salió de esta. En cambio, se quedó en su lugar observando los productos de la máquina pensando en si debía mejor comprar algún dulce.

Cerró sus ojos, sentía como su garganta se cerraba mientras se tragaba silenciosamente sus lloriqueos.

¿Cómo es posible que su vida de un giro de ciento ochenta grados en tan solo una noche?

Él se estaba empezando a sentir feliz con la vida que llevaba y con los detalles que recordaba de su pasado. Había logrado sobrellevar sus recuerdos y darle forma a su vida en los últimos meses para que llegara un idiota y te dijera indirectamente que en realidad no sabías nada sobre ella.

¿Cómo no lo había podido recordar si él era tan importante para él?

Desde que conoció a Nico tenía un presentimiento, más como un leve cosquilleo en el pecho, de que él era una persona familiar pero nunca pudo conectarlo con ningún recuerdo. Los sueños de la semana pasada, ¿eran verdaderos recuerdos? ¿por qué Will dudó si quiera de ello?

¿Por qué Nico no había dicho la verdad?

Esa era fácil de responder: era egoísta. Él pensó que había logrado cambiarlo, hacer que fuera más humilde y menos egocéntrico pero ahora Nico estaba demostrando lo contrario; sólo pensó en si mismo, en cómo volver a tenerlo entre sus manos, como a un ave enjaulada, sin tener que dar alguna explicación o pedir alguna disculpa sobre su comportamiento en diciembre y su súbita desaparición.

No debió hacer eso. No debió aprovecharse de su actual debilidad.

Debió decir la verdad.

Pero, ¿y sus amigos? ¿acaso conspiraron con Nico para no mencionar sobre su antigua relación?

Su mente se encontraba agotada, sus mejillas estaban calientes, su nariz estaba congestionada y sus labios aún sentían los de Nico. Pasó su dedo indice sobre la línea de sus labios recordando el beso; sabía que había besado al italiano antes, para ser honestos habían sido incontables veces, pero no recordaba exactamente la sensación y el placer. El beso había sido ardiente, necesitado y hambriento. Nico había expresado cuanto lo necesitaba en aquél beso y Will también lo había hecho, aunque no sabía el por qué si, se suponía, que su atracción se formó hasta hace poco.

Ahora lo sabía.

Y estaba destrozado por ello.

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Percy, Annabeth, Leo, y el resto del grupo se enteraron lo que había ocurrido al día siguiente. Nico estuvo en su habitación todo el día sin decir una palabra. Leo había tenido que arrancárselas de la boca para comprender que era lo que tenía a su amigo tan afligido.

No quería comer, tampoco levantarse. Tenía la misma vestimenta que había llevado en la fiesta. Esa misma noche Nico se había quedado completamente shockeado después de que Will lo dejara. Trató de llamarlo, gritó con todas sus fuerzas, pero algo se había roto dentro suyo. Todavía no sabía si Will acaso había escuchado sus llamados, pero ya no importaba, ya era tarde.

Lloró, lloró incluso más que en cualquier otra situación difícil de su vida. Esta vez no había perdido a alguien por causas naturales, o porque simplemente era el "momento de dejar la tierra". Esta vez había sido todo su maldita culpa, y no había nada que podía hacer o decir para mejorarlo.

Forgotten Boy #PremiosPJOyHOOWo Geschichten leben. Entdecke jetzt