IV. Daddy Issues.

1.7K 241 169
                                    

Todos los días Will esperaba en su habitación hasta las 16:30 hs. porque a partir de allí, una enfermera lo acompañaba mientras que él salía en busca de un poco de aire fresco.

Y, tal vez el chico de Brasil podía aparecer en cualquier momento. Día tras día, el rubio esperaba y esperaba, no por el chico en particular, sino porque se estaba volviendo loco.

El hospital donde lo admitieron estaba lleno de personas, seguro. Pero la mayoría de ellas eran adultos, o gente mayor. Su compañero de habitación era bueno, pero extrañaba la compañía de sus amigos, que solían visitarlo más seguido.

Le explicaron que los horarios de visita coincidían con sus horarios de estudio, ya que las clases ya habían comenzado, y Will estaba perdiendo días y más días donde podría estar averiguando porqué había elegido estudiar medicina.

El recuerdo había llegado a su cabeza como algo obvio. Muchas cosas se habían mezclado dentro de él, como por ejemplo escenas donde se encontraba frente a un piano y alguien se encontraba sentado junto a él, solo que nunca llegaba a ver quién era. Y era una lástima, ya que sentía que esa persona le hacía bien, que lo hacía...feliz, o algo así.

Esperaba tener la oportunidad de conocer a este individuo que no dejaba que Will descanse por las noches.

Un día martes, mientras que Will tomaba un poco de agua, Paolo apareció de la nada, literalmente. Lo asustó por atrás y provocó que la mayoría del agua que tenía en su pequeño vaso se cayera al suelo.

—¡Hey! ¡Se supone que no debes hacer eso a personas en un hospital! —lo regañó el rubio.

Paolo se reía de manera tan fuerte que llamaba la atención de todos aquellos que lo rodearan. —¿Y quién dice eso?

—Pues yo lo digo.

Paolo lo miró seriamente y rió nuevamente. —Will, mi querido amigo, te he extrañado. —Pasó uno de sus brazos por los hombros de Will y comenzaron a caminar hacia dónde habían hablado por primera vez. Will ya se encontraba mejor de salud y no tenía la necesidad de usar silla de ruedas, o esa incómoda bata blanca; ya podía usar sus sudaderas para estar más cómodo y caliente cuando saliese al aire libre.—Tienes bastante que contarme, supongo que han pasado cosas interesantes desde la última vez que estuve por aquí, ¿verdad?

Will meditó su respuesta. Iba a decir "La verdad, no, mis amigos están estudiando en la universidad donde yo debería estar ahora, todos volvieron a su rutina y yo sigo en el mismo hospital, soñando todas las noches con alguien que no conozco, ¿qué tal tu vida?"

Sin embargo, contestó: —Bien, he estado descansando y esperando a poder salir de aquí. ¿Qué me dices tú?

—Nada nuevo, la universidad me tiene atareado y no he podido visitar mucho a mi hermana. ¡Cada vez se pone peor! —se quejó el moreno.— Por suerte ya es sábado y he podido venir.

—Al menos estás estudiando...

—Hey, no te desanimes. —lo reconfortó.— De seguro pronto podrás volver. Te estaré esperando allí.

—No sé... Me siento bien, siento que he recordado muchas cosas pero si no salgo de aquí no podré recordar más. —dijo Will aún pensando en sus sueños.

La tarde transcurrió con unas pocas horas de compañia de Paolo hasta que Leo se dignó por aparecer después de varias semanas sin verlo.

—¡Will!

—¿Leo?

—¿Qué haces aquí afuera? Estaba apunto de entrar cuando te vi acá... Está como a cinco grados, vamos adentro. —dijo Leo sin ni siquiera notar la presencia del brasileño.

Forgotten Boy #PremiosPJOyHOOWhere stories live. Discover now