XIII. Weak When Ur Around.

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Will nunca había estado tan agotado en su vida.

O por lo menos lo que recordaba de esta.

Había corrido de sus salones de clase a la biblioteca más de diez veces al día durante la semana y la razón era el poder adelantar todo los temas que no logró estudiar por su ausencia. Ya lo había planeado todo; horarios, alarmas, pequeños snacks cada dos horas para no perder su concentración y así podría estar totalmente libre para el viernes, el día del baile.

Los trabajos y proyectos asignados parecían matar el cerebro de Will y dormir sólo cuatro horas diarias tampoco ayudaba mucho. Incluso, Piper señaló las nuevas bolsas oscuras debajo de los ojos agotados del rubio.

—No te verás muy guapo el día del baile si vas con esa cara. Debes descansar un poco.

Will, exasperado, cerró su libro y miró a su amiga.—Si descanso no podré ir al baile. —empezó a hablar rápido.— Todo se me acumulará y no podré entregarlo todo a tiempo.—el rubio estaba empezando a ponerse ansioso.—Y de verdad quiero ir.

—¿Cuándo es la fecha límite? —preguntó la morena.

—El sábado en la mañana.

Ella se sorprendió. —¿Por qué un sábado? Es decir, ¿quién estudia o trabaja un sábado?

—Los estudiantes de semestres más avanzados tienen clases los sábados ya que suelen trabajar entre semana y esas cosas...—Will tomó su libro y lo empacó en la maleta.— Si me disculpas debo terminar esto es un lugar más tranquilo.

Piper carraspeó.— Esto es una biblioteca, ¿puede haber algún lugar más tranquilo que este?

—Creo que conozco uno.

Tal vez era el cansancio, las cuatro tazas de café que había tomado o tal vez la ansiedad que le causaba no poder entregar todo a tiempo y no poder ir al baile con Nico que se halló a si mismo frente a la habitación del azabache. De seguro no estaba en este momento pero aún así debía expresarle sus preocupaciones, esperaba que no se enojara.

Golpeó dos veces y antes de hacerlo por tercera vez alguien abrió la puerta al otro lado.

Nico usaba unos joggers y una camiseta abierta por los lados que dejaban ver sus poco definidos músculos. Parecía que acababa de llegar de sus sesiones de gimnasia, su piel estaba brillante por el sudor y su cabello, que normalmente lo llevaba rebelde sobre el rostro, estaba recogido con una coleta en la parte superior, como un yorkshire terrier.

Will trató de no reírse, no es como si él estuviera en su mejor estado físico que digamos.

—Hola Solace. —saludó Nico inspeccionando su aspecto.— Parece como si un vampiro te hubiera atacado y robado el color de tus mejillas.

Hasta ahí llegó su seriedad.—¿Ah si? Al menos no parezco un perro.

—¿Qué? —Nico parecía no entender y Will señalo su cabeza. El azabache se sonrojó y se arrancó la coleta rápidamente dejando su cabello sobre su rostro nuevamente.— Si viniste a molestarme te juro que...

—No, para nada.—dijo Will agitando sus manos.— De hecho, quería hablar contigo. ¿Puedo pasar?

Nico echó un vistazo atrás y negó con la cabeza.—Está algo desordenado, hablemos afuera.

Antes de que Nico lo empujara levemente con sus manos sobre su abdomen para que retrocediera el rubio echó un vistazo adentro y sintió un ola de calor sobre sus mejillas. ¿Acaso acababa de pensar en Nico y él sobre su cama?

—¿Qué sucede? —preguntó su amigo al cerrar la puerta.

Will volvió a la realidad y puso la mano sobre la parte de atrás de su cuello, nervioso.

Forgotten Boy #PremiosPJOyHOOWhere stories live. Discover now