―Deberías decirle ―la voz de su cabeza habló, haciendo eco en sus pensamientos llenos de culpabilidad―. Niall no se merece nada de esto…Eres basura.

El nudo en la garganta fue tan incómodo que un sonido salió de sus labios, parecido a un gemido mezclado con una tos seca. Limpió las lágrimas, sólo que estás tenían otros planes y no paraban de salir. Hizo un esfuerzo para llegar al baño y encerrarse. Temblaba contra la pared, con la vista nublosa buscaba el grifo para abrir el agua caliente. Cuando dio con él, a una velocidad impactante se desprendió de la ropa y entró al chorro, mojándose y mezclando el dolor con la lluvia artificial.

Todo fue demasiado. Mucho dolor, mucho sufrimiento. ¿Valía la pena? Él hacía simplemente lo que su corazón decía y, sinceramente, pedía a gritos estar con Louis eternamente. Abrazarlo e inundarse de su calor corporal, justo como aquel viernes por la noche.

― ¿Harry?

La voz de su madre lo trajo de vuelta a la realidad, alejando hasta un rincón de su mente ese recuerdo que lo perseguía como un tatuaje: permanentemente.

― ¿Sí? ―respondió, su voz ronca y rasposa. Había permanecido en silencio por días, agregando el hecho de que había estado llorando.

―Te buscan abajo ―anunció. El Styles creyó que sólo iba a ser eso, así que se sobresaltó cuando su madre agregó: ― ¿Estás bien, Harry?

No.

―Muy bien, mamá. Gracias por preocuparte.

.

Harry supo quién era y ver los ojos azul cielo llenos de dolor fue como un golpe directo en su estómago. La mueca que intentaba ser una sonrisa fue más un gesto de dolor.

―Hey.

En su voz había dolor.

―Hola, Niall ―adiós control. Se abalanzó sobre él para darle un abrazo, tan fuerte que creyó escuchar a su novio abrir su boca por aire―. Lo siento tanto… Niall, lo siento. No quiero perderte.

Era parcialmente la verdad. Egoístamente no quería perder al Horan porque volvería a la oscuridad y ya se había acostumbrado a estar constantemente cerca de la felicidad hasta volverse una cosa adictiva. Quizás porque a lado de Niall tenía más que asegurado ser feliz o intentar serlo. Lloriqueó en su hombro y, como el comprensivo y amoroso novio que es el rubio, masajeaba la espalda para calmarlo.

―Hazza ―susurró contra su cabello―. No tienes una idea de lo que significas para mí ―agarró su rostro entre sus manos para buscar los orbes esmeraldas―.  Te ruego que no me evites de nuevo. Me duele más estar separado de ti que cualquier otra cosa.

“No te mereces a Niall”

“Deja a Niall”

“Amas a Louis”

―Prometo que no lo haré ―fingió una sonrisa que no llegó a sus ojos―. Eres especial. Me mantienes con vida.

―Harry… ―dijo con un tono de advertencia.

―Ambos sabemos que es la verdad ―besó su mejilla e hizo un camino de besos hasta su cuello―. Sin ti, no sabría qué hacer… Niall, te quiero mucho.

―Te amo ―suspiró. Los besos se sentían condenadamente bien.

―Te quiero más de lo que me quiero a mi mismo ―continuó besando su cuello hasta robarle un beso de los labios. La lengua se abrió paso por la boca de Niall hasta encontrarse con la suya y comenzar un momento pasional.

Los dos se extrañaban tanto que estar cerca fue como tirar fuego a la pólvora. El rubio llevó sus manos hasta la nuca de Harry para acercarlo más a él.

― ¡Me mordiste! ―rió, Niall, tocándose el labio inferior donde se había quedado la marca de los dientes de Harry.

―Yo… ¡Oh, Dios mío! ―se llevó sus manos a la boca y las mejillas se colorearon de la vergüenza―. Me dejé llevar… Discúlpame, bebé.

― ¡Me has llamado ‘bebé’!

― ¿No puedo llamarte así? ―Harry estaba al borde un colapso mental―. Deberíamos establecer las cosas que puedo y no puedo hacer…

―Cálmate, Hazza ―lo rodeó con sus abrazos―. Fue muy sexy que me mordieras y muy tierno que me llamaras bebé. Me gusta.

―Me gustas tú ―murmuró―. No puedo evitarlo.

―No lo hagas.

Comenzaron otra ronda de besos. Esta vez, Harry no fue el único que mordió, pues Niall aprovechó para morder su labio superior. Rieron entre besos y el Styles supo que las cosas estaban bien. A excepción del pequeño detalle de esa noche con Louis que le traía dolor y culpa. Se dijo a si mismo que jamás se volvería a repetir. Ser feliz a lado de Niall era lo único que haría.

― ¿Por qué siempre llegamos cuando ustedes están en medio de la segunda base, chicos? ―inquirió juguetonamente, Eleanor.

Apenas se separaron unos centímetros para ver a la pareja que recién entraba.

―Niall tiene la culpa ―los jóvenes se miraron entre ellos y estallaron en carcajadas, dejando a Eleanor y Louis confundidos―. Es todo un provocador.

―No lo dudo ―comentó el Tomlinson con una sonrisa fría.

Por fin los ojos del pequeño se encontraron con los de su ex novio. Y casi enseguida lo adivinó: esto no se quedaría así.

Fue cuando la culpa que se había encargado de ocultar, regresó.

Superhero [Larry Stylinson AU]Where stories live. Discover now