Capítulo 13: Varados en medio de la nada

Começar do início
                                    

-Soy Nicole –dije presentándome.

-Hermoso nombre.

-Gracias –le sonreí.

-Yo soy George.

-Mucho gusto, George.

Después de unos minutos escuchando la conversación entre ellos, Alex le preguntó:

-¿Tienes lo que te pedí?

-Todavía no llega, es que lo tuve que pedir –explicó George.

-En verdad lo necesito.

Supongo que estaban hablando de algún objeto para el auto de Alex, nunca he entendido eso.

-¿Manejé cuatro largas horas para nada?

-Me viste a mí –dijo George sonriendo- ¿No te hace eso feliz?

-Me alegra haberte visto pero…

-Lo sé, perdón. –se disculpó- Yo te aviso cuando me llegué.

-Está bien –dijo Alex resignado.

Nos despedimos y nos dirigimos de nuevo al auto. Los días se me estaban pasando demasiado rápido, de hecho ya estaba prácticamente oscuro, también fue porque se quedaron hablando de su vida por un largo tiempo.

La carretera estaba desolada y Alex manejaba a gran velocidad con un brazo recargado en la ventana mientras sonaba ‘’Don’t Wanna Go Home’’ de Jason Derulo. De repente, escuchamos un fuerte crujido, nos dimos cuenta de que había sido una llanta. Alex frenó y se bajo a revisar que había pasado.

-¡Demonios! –lo escuché gritar.

-¿Qué pasa? –pregunté alarmada.

-Un vidrio se incrustado en la llanta, se desinflo.

-¿¿¡¡QUÉ!!?? –grité- ¿Ahora qué vamos a hacer?

-Tranquila, podemos llamar a alguien –dijo buscando algo en su bolsillo que al parecer no logro conseguir- Dejé mi celular en el departamento.

Busqué en mi bolsillo y yo si traía el mío, me relajé.

-Yo traigo el mío –dije sacándolo.

Al presionar un botón, la pantalla se iluminó pero al instante vi que aparecía un pequeño aviso:

‘’Batería baja.’’

Y se apagó.

-¡No es cierto! –me había olvidado de cargarlo esta mañana.

-Al parecer somos un desastre –dijo riendo.

-Estamos varados en medio de la nada –dije.

-Creo que la única opción que tenemos es caminar y esperar que pase algún auto.

-Estamos del otro lado, Alex. Nadie va a pasar por aquí –dije estresada- Y tampoco pienso caminar.

-Entonces, ¿qué hacemos? –preguntó algo molesto.

-Esperemos mejor aquí –sugerí.

Pasaron horas y horas, no había ni un alma en ese lugar. Comenzaba a sentir miedo de estar allí en medio de la noche, lo bueno era que no estaba sola.

-Veámosle el lado bueno.

-¿Cuál sería ese? –pregunté.

-Que estamos juntos y lo mejor es que solos. –me sonrió pícaramente.

Su expresión me ocasiono una risa, pero en medio de esa diversión salió un bostezo de mí. Ya tenía mucho sueño y hacía frío.

-Será mejor que entremos al auto y durmamos un poco.

That One ThingOnde histórias criam vida. Descubra agora