That One Thing

Capítulo 4: Él es diferente

Después de comer con él me pidió que le enseñara la ciudad. La verdad es que no había mucho que mostrarle, era grande pero no había muchas cosas interesantes y al parecer el conocía ya la mayor parte.

De repente nos encontrábamos en el parque. Aquel parque donde había visto todo. No pude evitar pensar en aquellos tiempo donde mi felicidad era todo una farsa.

-¿Pasa algo? –me preguntó Alex.

-No, nada. Solo recordé algo.

-¿Qué recordaste?

-Algo que no es bonito.

-¿Quieres contarme?

-Mejor vayamos al lago –lo tomé de la mano- Ven.

Llegamos y nos sentamos al borde del lago.

-Dime la verdad. –dijo él.

-¿De qué? –pregunté algo confundida.

-¿Qué paso aquí? ¿Por qué de repente cuando llegamos tu ánimo cambio?

Dude un momento. No sabia si contarle lo que había pasado con Sam, tal vez pensaría que era una tonta por comportarme de esa manera por algo que paso hace meses.

-Tenía un novio llamado Sam y él me engaño.

Al parecer se sorprendió con lo que le dije. Como si no lo pudiera creer.

-Un día estaba caminando por aquí y lo vi con otra mujer. Porque era alguien mayor eso lo pude notar pero nunca supe quien era. El caso es que a pesar de que yo estaba enojadísima con él y tenia decidido no perdonarlo nunca el supuesto amor que sentía por él me hizo perdonarlo. –suspiré- Era tonta en ese tiempo porque de verdad pensé que no lo iba a volver a hacer, que cambiaria, pero lo hizo. Caí como una completa idiota en su juego otra vez. Desde ese momento me olvide por completo de él. Pero no me deja en paz. Con decirte que se cambio a nuestro instituto porque según él me ama y me quiere recuperar pero yo ya estoy harta.

-Eso significa que ha estado molestándote desde ese momento. –afirmó él.

-Así es. –miré hacia el lago- Ya no se que hacer.

-Pienso que es un estúpido. Eres demasiado buena para él.

Su comentario me hizo sentir bien. De verdad Alex no era como los demás.

-¿Es por eso que no has querido salir conmigo?

-En parte. –le respondí.

-Yo no soy como él. –me dijo mirándome directamente a los ojos y tomando mi rostro entre sus manos- Nunca podría hacerte daño.

No sabia que responderle. Estaba como en un trance cuando dijo todas esas palabras. Entendí su indirecta pero tenia que pensarlo muy bien antes de tomar una decisión.

-No se que decir –le dije- Ni siquiera te conozco bien.

-Entonces, dame la oportunidad de que me conozcas.

-Esta bien.

-¿Qué te parece si seguimos con nuestras clases de surf y tú después decides?

-Suena bien. –le dije sonriendo.

Me encantaba. Me entendía, me daba mi tiempo y me escuchaba. Creo que ya me estaba decidiendo porque es totalmente perfecto. Al menos hasta ahora. Espero que no me este apresurando.

Nos levantamos y nos pusimos a caminar alrededor del lago. Estaba realmente soleado.

-¿Eres muy atlético, no? –le pregunté.