No estamos listos

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Percy POV

Estaba feliz de volver a ver a los egipcios, por más que significara mayores problemas. Cárter y Sadie se habían portado muy bien durante las misiones, lamentaba el echo de que en mi cabeza hubiese entrado la diosa buitre, pero se había sentido bien.

Luego de desatarnos y hacer el plan, comimos algo y a través de la niebla hicimos que pareciera que estábamos atados. Vinieron 10 hombres, debían ser guardias de Helios, ninguno venia muy feliz por la tarea que les habian dado pero todos tenían armadura dorada, me agarraron a mí junto a Jens, nos llevaron a otra habitación y depositaron cuatro espadas sobre una mesa a varios metros de nosotros. Los soldados se dirigieron a la puerta y se dedicaron a tomar una bebida, por los colores de la botella supuse que era alcohol, además trate de sentir el líquido dentro de sus cuerpos y sentí como se alteraba...

Pasaron unos 20 minutos antes de que nos agarraran de vuelta y nos llevarán a una habitación más grande, en la cual había arena en todo el piso, las paredes antes blancas estaban manchadas con sangre y percudidas con tierra. Desde afuera venía un ruido ensordecedor, gritos, abucheos y todo tipo de insultos. Además los guardias atrás nuestro nos habían sacado las cadenas que nos tenían atrapados.

-tendré que matarte-dijo Jens desde la otra esquina con una sonrisa de lado-lastima que nadie te llore, sería lindo verlo

-por qué no lo haces aquí mismo?

-no me tientes maldito graecus-el me señalaba y se pasó un dedo por la garganta-además no eres aceptado por nadie, hijo del mar.

El se había parado y me empujó con una mirada desafiante. Yo le di un puñetazo en la cara, a lo que el me agarro y me hizo un placaje  tirándome hacia atrás. Comenzamos a repartirnos puñetazos hasta que se abrió la puerta del calabozo y se acercaron los guardias a separarnos.

-oigan ahorren energías para cuando estén afuera-dijo el guardia que me tenía a mi, dandole la espalda al otro.

En ese preciso instante el ruido de una espada entrando a través de armadura y carne se hizo presente, ahogando palabras, luego el golpe seco de un cuerpo. El guardia que tenía a Jens yacía en el piso sin vida y el tenía la espada ensangrentada en la mano, mientras que el  guardia que me tenía a mi fue a buscar su espada para encontrarse solo con la vaina.

-lo siento hermano-dije yo mientras le clavaba la espada en la yugular. Había más sangre, el corte que le hice en el cuello salpicó las paredes.

-bien echo Percy, dolio pero bien hecho

-lo siento, vamos a quitarle las armaduras-dije mientras seguía pensando como saldríamos con vida de alli, solo esperaba que Reyna y Piper siguieran con su plan.

-viene alguien más-dijo Jens

-oigan debían estar cuida...-un guardia apareció por la puerta pero no pudo terminar de hablar porque tenía unas gasas alrededor de su cuello y su cara, se sacudió un rato hasta que se quedo sin oxígeno. Detrás de él estaba la chica rubia con vendajes en la mano, Jaz.

-bien hecho Jaz-dijo Jens ganándose un fuerte rubor por parte de Jaz.

-tengan más cuidado, por suerte me envió Cárter a ayudarlos.

-todo sigue igual?-dije cortando la conversación.

-por ahora si, me pondré esa armadura-dijo Jaz señalando al tipo que murió asfixiado, con cara de miedo y asco. Jens se le acercó y apoyo una mano en el hombro de Jaz.

-yo me encargo de los cuerpos, mientras Percy saca las armaduras, tu revisa que no venga nadie...

-está bien-dijo Jaz, mientras salía del calabozo sin rechistar, supuse que no le gustaría tocar un hombre muerto

La VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora