Capítulo 36 (Editado)

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MICHELLE

- Michelle, despierta. – escucho una voz a lo lejos.

Abro mis ojos con dificultad y al tratar de levantarme, mi cuerpo duele.

- No estás a salvo. – frunzo el ceño al oír nuevamente aquella voz.

- ¿Sedrick? – pregunto confundida.

- ¿Quién es ese? – me sobresalto al ver una chica con mechas rosas, observarme con molestia. – ¿Otro de tus amantes?

Sus comentarios me molestan y gruño, tratando de mover mis manos.

La acción se me hace imposible al notar que estoy encadenada.

- ¿Dónde estoy? – pregunto, tratando de forzar aquellas cadenas. – ¿Quién diablos eres?

- Es una hechicera. – dice la voz en mi cabeza.

La chica sonríe burlonamente y comienza a caminar en mi dirección.

- No es de tan gran importancia saber mi nombre, zorra.

- Aquí la única zorra eres tú, imbécil. – la chica alza su mano y me falta el aire.

No puedo respirar.

Abro la boca, tratando de buscar aire pero nada me resulta.

La puerta que al parecer, es mi única salida de estas cuatro paredes, se abre rápidamente y un chico desconocido agarra a la bruja, alejándola de mí.

Me permito respirar agitadamente, mientras trato de recordar cómo demonios llegue aquí.

- ¡Nicole! – grita el chico, al otro lado de la puerta. – ¿Te has vuelto loca?

- Ella es una puta, Dawson. – bufa la tal Nicole.

¿Puta?

Puta ella y apuesto a que la madre es igual.

La puerta se abre nuevamente y por ella entra el.

- Haz despertado.

No disimulo la sorpresa y él sonríe.

- Nicholas.

- Estas en peligro. – la voz continua con sus advertencias y trato de zafarme de las cadenas.

- No lograras escapar. – anuncia, se sienta a un lado de la cama y se dedica a observarme como un loco obsesivo.

- ¿Por qué estoy aquí? – pregunto.

- Eres bastante ingenua, Michelle.

- ¿Dónde están los demás? – pregunto, lentamente.

Nicholas borra su sonrisa y desvía la mirada.

- ¿Querrás decir tu amante y el traidor?

- Tú hermano y tú mejor amigo. – respondo.

- Te follaste a mi hermano. – gruñe. – Ya no tengo mejor amigo.

Abro mis ojos, sorprendida.

¿Cómo él sabe que tuve relaciones con Loyd?

- Los vi. – sonríe con sequedad. – Vi como él se enterraba una y otra vez en ti.

No digo nada.

Soy una tonta.

- ¿Cómo no percibí tu olor?

- Magia, Michelle. – se levanta de la cama y se acerca más y más a mí. – Nunca fuimos más allá porque respetaba el espacio que ponías entre ambos.

Nicholas toca mi muslo desnudo y asciende.

- Nicholas, no me toques.

- No sabes todas las ganas que te tuve.

Su toque me causa asco.

- No, por favor.

- Yo si te amo, Michelle. – susurra lentamente. – Y ahora yo te hare mía.

Nicholas desgarra el material de mi pantalón y lo tira al suelo, desesperadamente.

- ¡No! – grito, forcejando. – ¡No me toques!

- ¡No hagas esto más difícil, Michelle! – grita, pegándome. – Sé que también lo quieres.

- ¡No, por favor! – grito, dejando que las lágrimas se apoderen de mis ojos.

Este no es Nicholas.

El chico dulce que conocí en mí llegada a Mystic Falls.

El que alguna vez, ame.

Ya no siento mi cuerpo.

Me siento débil.

Asqueada.

Y ahí, él toma posesión de mí.

Encadenada y ahora, siendo víctima de una violación.

(..)

- Michelle. – escucho la voz en mi cabeza.

Abro mis ojos con dificultad y trato de moverme, llevándome un dolor horrible en mi parte baja.

Miro hacia aquella zona y sollozo.

Una mancha de sangre adorna las sabanas.

El me violo.

- Siento tu dolor.

- Sedrick. – logro mencionar en voz baja.

- Veo tu rostro, pero no observo tu entorno.

- El me violo. – los recuerdos llegan a mi cabeza y no puedo evitar sollozar.

- ¿Quién te violo, Michelle?

- Nicholas. – susurro y cierro, nuevamente los ojos.

SEDRICK

- No, no. – hablo con frustración. – Daniel, ya sé dónde está Michelle.

Daniel acaricia el rostro de la mujer y me observa con preocupación.

- ¿Dónde está? – trato de recordar y Daniel gruñe. – Sedrick, ¿Dónde está mi hija?

- En la mansión Bondes.

Daniel sacude a la mujer y esta se despierta adolorida.

- Moira. – susurra Daniel, lentamente.

Respiro calmadamente, observando cada movimiento de mi madre.

Espero que el encantamiento funcione.

- Amor, soy yo. – habla su esposo. – Daniel.

- Daniel. – murmura mi madre. – Daniel.

- Necesitamos buscar a Michelle, Daniel. – hablo, mirando a mi madre.

Daniel asiente y reposa la cabeza de mi madre en el almohadón.

- ¡Lis! – grita Daniel, desde el marco de la puerta. – Cuida a Moira, por favor.

La rubia asiente, y se adentra en la habitación.

Daniel y yo salimos del apartamento, apresurados y le detengo.

-Daniel, hay algo más que debes saber. – el me mira con el ceño fruncido. – Tu hija fue violada.

El abre sus ojos y comienzan a cristalizarse.

- ¿Quién lo hizo? – pregunta amenazante.

- Nicholas Bondes.

Almas Gemelas (A.G #1)Where stories live. Discover now