Capítulo 22 (Editado)

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MICHELLE

- Hoy despedimos a un gran ser humano, una amada esposa y una grandiosa madre. – el hombre posa su mano en el ataúd de mi madre y mira a los presentes. – Una joya valiosa y un gran rol a seguir. – el hombre continua con su discurso y suspiro.

Todos los amigos y familia están aquí presentes, mis amigos al igual y el ambiente es tenso y triste.

Demasiado triste para fingir ser fuerte y evitar llorar.

Todo paso tan rápido.

Y nadie puedo detenerlo.

Ni incluso Nicholas, persona que huyo de aquel lugar sin dejar rastro alguno e ignorando el hecho de que aquel bastardo asesino a la mujer que me crio desde pequeña, a sangre fría.

Si tan solo hubiera hecho caso a los regaños y consejos de mis padres, todo seguiría normal y mi madre estaría junto a nosotros.

Pero la historia es diferente y ahora le perdí por jugar a la hija rebelde e indecisa.

A mi lado, mi padre aprieta mi mano como si no hubiese mañana, buscando ese apoyo y consuelo que estos momentos el necesita.

Él amaba a Moira.

Realmente estaba enamorado de ella y esto es simplemente doloroso.

- Descansa en paz, Moira Rivaldo. – susurra el hombre y me levanto de mi asiento con cuidado.

Aprieto la rosa blanca en mi mano y luego al llegar al ataúd, la suelto junto a un par de lágrimas.

- Lo lamento, mama. – mi voz sale entrecortada.

Siento unas manos posar un abrigo en mis hombros y le dedico una sonrisa pequeña a mi padre.

- Vuela alto, mi amor. – le escuchó decir para luego llorar juntos.

(..)

El sonido de unas voces me obliga a abrir mis ojos.

- ¿Michelle? – escucho mi nombre y gruño al no poder moverme.

Abro mis ojos molesta y miro a mí alrededor.

Estoy en mi apartamento.

- ¿Hija? – observo a mi padre levantarse del asiento al lado de la cama y caminar hacia mí.

- ¿Qué ha pasado? – pregunto con voz ronca. – Estábamos en...– las palabras no salen de mi garganta y las lágrimas se acumulan en mis ojos.

- Te desmayaste, una vez que la enterraron y te traje aquí. – responde papa con una pequeña sonrisa y desvía su mirada.

- Papa. – me mira. – Abrázame, por favor.

Mi padre se acerca y me envuelve en sus brazos, un fuerte y firme abrazo.

El móvil de mi padre comienza a sonar y el maldice, alejándose y avisándome que saldrá un momento.

- Este bien, ve. – mi padre abandona la habitación y resoplo, cansada de llorar.

Unos toques en la puerta me avisan que tengo visita y me acomodo en la cama.

- ¿Michelle? – la voz de Nicholas resuena en la habitación, no respondo. – Hola, cariño.

- ¿Qué haces aquí?

Desvió la mirada y observo el bosque desde mi ventana.

- Michelle, en verdad lo siento.

Almas Gemelas (A.G #1)Where stories live. Discover now