Capítulo 25 (Editado)

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MICHELLE

- ¿Señorita? – la voz femenina me obliga a abrir los ojos de golpe.

Enfoco mi mirada en la chica que está a un lado de la cama.

¿Cama?

- ¿Señorita, está bien? – pregunta la chica, que al parecer es una mucama.

- Si. – respondo simplemente. – ¿Dónde estoy?

- Buenos días, señorita. – camina hasta la ventana y la abre. – Esto es Lancaster, Pennsylvania.

¿Qué?

- ¿Qué hago aquí? – pregunto al verme vestida con un vestido rosa pastel muy bonito.

- El amo le ha traído auqui para su protección.

- ¿Qué espera su amo de mí? – pregunto confundida.

- Por ahora, que baje a desayunar. – habla. – Soy Jezabel y seré su doncella.

- Soy Michelle. – me presento. – ¿Qué ha pasado?

- El amo mato al alfa, Anthony Bondes y su sucesor, busca venganza. – me explica la chica mientras remueve las sabanas. – Dicen que usted también estuvo involucrada.

Niego con la cabeza mientras Jezabel me coloca las zapatillas.

- Ya el desayuno está servido. – informa. – El amo está esperándola.

- No quiero salir. – murmuro. – Me duele el cuerpo.

Rápido recuerdo mis heridas y observo mi tobillo, esta vendado.

Jezabel asiente y abre la puerta de la habitación.

- Vamos, señorita.

Bajo de la cama, poco a poco y salgo de la habitación, caminando por un largo pasillo con pinturas rupestres y de la antigüedad.

- El señor de la casa mando específicamente a tener los mejores cuidados hacia usted. – me informa mientras caminamos.

- No me trates de usted, Jezabel. – arrugo la nariz.

- Discúlpame, es la costumbre. – me sonríe. – Hemos llegado.

Dos hombres corpulentos abren las puertas y entramos a un gran comedor.

Los presentes me observan con sorpresa y Loyd me dedica una encantadora sonrisa.

- ¿Ciara? – pregunta una mujer mirándome con incredulidad.

Frunzo el ceño y cuando me apresuro a responder, Loyd lo hace por mí.

- Dejaros de ser cotillas. – habla duramente. – Esta dama presente es Michelle Rivaldo, mi huésped.

Todos jadean en la mesa y Jezabel me señala un asiento, justo al lado del hermano mayor de mi expareja.

- ¿Cómo en la...? – Loyd levanta su mano, callándolos.

- Es correcto.

Me siento a su lado y mi cuerpo se tensa.

- Buenos días, señorita Rivaldo.

- No le veía como a un hombre con formalidades. – respondo. – Como sea, buenos días.

- No sabes mucho de mí. – se encoje de hombros. – ¿Has dormido bien?

- Me duele el cuerpo.

- Es entendible, corriste demasiado. – responde. – Drake, te presento a Michelle, Michelle él es mi mano derecha, Drake.

Almas Gemelas (A.G #1)Where stories live. Discover now