Capítulo 14 (Editado)

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DANIEL

Llego a mi casa y dejo las bolsas en la entrada, busco mis llaves en mi bolsillo y resoplo cuando me acuerdo que las deje adentro.

- ¿Las dejaste otra vez? – pregunta un Henry divertido, a lo que le saco mi dedo del medio.

- Entrare por la puerta de atrás. – respondo. – Parece que Moira no ha llegado, todo está apagado.

- Vale, te ayudo.

Henry toma mitad de las bolsas y yo tomo la otra mitad, camino por el pasillo hacia el patio trasero y abro la puerta que conduce hacia él.

- Lindo jardín. – susurra Henry a mis espaldas.

- Más lindo soy yo.

Henry ríe y continúo mi camino hacia la puerta.

En realidad todo está oscuro, la poca visión que tengo es gracias a la poca luz de la luna.

Henry maldice en voz baja y abro la puerta trasera.

- ¿Qué paso?

- Me he cortado con algo en el pie. – responde de mal humor.

Trato de encender las luces y frunzo el ceño.

- Iré a buscar velas, parece que no hay luz. – dejo las bolsas. – siéntate aquí.

Henry gime y escucho el chirrido que hace la silla, camino hacia el garaje y busco con una linterna junto a unas cuantas velas. Ilumino los autos y levanto una ceja.

Aquí está el auto de Moira.

Entro a la casa y subo a paso agitado las escaleras, entro a nuestra habitación pero no está ahí.

- ¿Moira?

Camino y abro puerta por puerta y finalmente llego a mi oficina.

Tengo un mal presentimiento.

Entro a mi oficina y observo mis cosas, está todo en orden.

Me siento en la silla y una fuerte ráfaga de viento entra por la ventana.

Justo cuando giro mi mirada hacia la ventana, la luz de la oficina se enciende y observo los trozos de cristal roto en la habitación.

Oh, dios.

- ¡Daniel! – escucho el grito de Henry abajo.

Bajo a toda velocidad y no le encuentro en la cocina.

- ¡Aquí atrás!

Corro hacia el patio trasero y observo la escena con terror.

Las lágrimas comienzan a salir como cascadas sobre mis mejillas y camino hasta el cuerpo inerte de mi esposa.

- Ya he llamado una ambulancia, llegan en unos minutos.

Me arrodillo junto a su cuerpo y tomo su mano, esta fría.

- Tiene pulso, es débil pero tiene. – me informa Henry.

Observo su rostro y jadeo, su rostro está lleno de sangre y su cabello al igual, tiene moretones en todo el cuerpo y está muy pálida.

- Oh, mi amor. – la atraigo a mi cuerpo y lloro en su pecho. – Es mi culpa.

Henry corre hacia algún lado y después escucho varias voces.

- ¡Daniel, tienes que soltarla! – grita mi amigo.

Unos paramédicos toman su cuerpo y lo recuestan en una camilla, para luego comenzar a caminar hasta la ambulancia.

Almas Gemelas (A.G #1)Where stories live. Discover now