¿QUÉ ERES PARA MI?

EL SIGNIFICADO DE UNA PROMESA

~*~

Y como prometió, cada día se sentaba a esperarle en esa misma ventana mientras fumaba tranquilamente y sólo cuando se sentía demasiado necesitado de su amor era que una lagrima rebelde caía por su mejilla, delatando el estado nostálgico y amargo de su alma.

Tan sólo por ese día no se quedaría, porque era la sesión de reconciliación que incluía el trámite del divorcio, donde debía asistir a como diera lugar, debía demostrar que era un buen padre para sus hijos, responsable y haciéndose cargo de sus problemas era la mejor forma.

—Buenos días señor Choi —sonríe amable ante la mirada de la psicóloga.

—Buenos días, hola Yuri —saluda a ambas y en contra de lo que fuera que hubiera imaginado la ve con un semblante demacrado y triste, pero quizás no lo era tanto como el suyo propio.

—Hola Minho.

Una sesión que se extiende por tres largas horas en las que antes de terminar con un resultado más que negativo, la psicóloga decide dejarlos solos para que pudieran hablar sobre la sesión.

—Creí que serias feliz al dejarme —comenta Yuri sintiéndose realmente en el infierno al haberlo dejado y no tener nada en la vida que le diera sentido a cada respiración.

Ve el rostro de Minho que tenía la mirada perdida en un punto del piso que parecía más importante que tuvieran esa oportunidad para rehacer su matrimonio.

—Me hubiera gustado verte feliz —dice suspirando pesadamente.

—Me gustaría poder serlo.

Responde Minho para luego girar la cabeza y quedarse mirando por la ventana, para ver ese sol que iluminaba el mundo entero con alegres colores, tan indiferente a lo que ocurría con su vida en la que hasta el blanco desaparecía y se quedaba en ese oscuro lugar desde donde estaba condenado a ver la vida.

—En serio me gustaría que tú también lo fueras —al fin la mira y ella tiene los ojos enrojecidos de tanto aguantarse el llanto—. Pero nos equivocamos, hicimos idioteces y ahora estamos pagando nuestras estúpidas decisiones —recuerda cada palabras que Key le dijo aquella vez en el restaurante, cuando aún ignoraba todo lo que pasó, entendiendo a la perfección lo que trató de decirle, cada palabra, cada mirada llena de dolor. Ahora lo entendía—. Cometimos demasiados errores, lastimamos a demasiadas personas y estamos pagando por eso.

—Minho —Yuri comprende aunque quisiera no hacerlo y en ese mismo momento le gustaría tanto dejar de ser un ser racional, dejar de recordar aquellos pensamientos en los que decía que nada ni nadie más importaba más que ella misma y su deseo de tener un hombre como él.

Un mar de recuerdos que llega a los dos, aquellos días en los que pensaban que hacerles daño a los demás no era nada, que pensando racionalmente podrían escapar de aquello que no era cuestionable. Lo incuestionable. La ley que decía que todo lo que hacía se pagaba; si hacías bien te llegaban mayores bendiciones y al contrario cuando hacías mal, te llegaba lo mismo multiplicado.

Karma.

—Esto está mal —saca un cigarro y ella se lo quita votándolo a la basura, privándole de uno de sus más grandes placeres en la vida.

—¿Qué está mal? —pregunta ella como si nada, sin importarle en lo mínimo la familia que Minho tenía.

—Tengo un hijo y a alguien que me espera en casa todos los días —suspira al mirar una pequeña estrella en el cielo que parecía querer brillar un poco más que las demás, recordándole un poco a Taemin.