ME ENAMORE DE ÉL SABIENDO QUE NO SENTÍA LO MISMO

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~*~

Taemin sale de casa después de almorzar. Algo contento porque su cuerpo no parecía querer devolver esa ensalada que ingirió. Lleno de preocupaciones y miedos camina hasta el lugar donde quedó en verse con Kristal. La ve sentada con el semblante triste y sabe que no tiene buenas noticias para contarle. Compra un helado y al acercarse se lo entrega.

Lamenta tanto tener que verla siempre en los peores momentos de su vida, de tener que siempre verse patético cuando la veía. Se sentía tan avergonzado con ella, porque la vida siempre la ponía en su camino cuando más desearía que nadie lo viera hundirse en su mar de tristeza.

—Gracias —sonríe ella por ese detalle tan bonito, pero al recordar todo lo que tenía que contarle esa sonrisa se le borra rápidamente.

—Gracias a ti por venir —le sonríe y al ver su rostro recuerda ese día tan lejano en el que al despertar en la enfermería la vio llorando desconsoladamente.

Un silencio que ninguno quiere quebrantar, porque todo sobre lo que tenían que hablar era sencillamente doloroso y de cualquier forma, y aunque Kristal buscara palabras menos dolorosas, un corazón terminaría deshecho junto a una vida que creyó que sería perfecta, que siempre lo vería feliz.

Pero las personas cambiaban y los sentimientos también, nunca se podía estar seguro y ahí estaba a punto de romperle el corazón y verlo triste una vez más. Y quizás sería la última.

Sin estar completamente segura de lo que estaba haciendo, respira hondo y empieza a contarle.

—Taemin no quiero ir con rodeos —le mira triste y se entristece aún más al ver ese semblante que de por sí ya mostraba demasiada aflicción—. Te llame porque ya no soporto esto —desvía la mirada para que al contarle duela menos—. Minho está saliendo con Yuri...

Palabras que atraviesan su mente, que con su veneno arrasaban su corazón que débilmente latía para seguir manteniéndose vivo. Había cometido un error a lo largo de ese tiempo y no sabía cuál era exactamente, pero si sabía que por eso era que Minho lo estaba engañando, por eso no había llegado a dormir el día anterior.

Y esa idea estaba carcomiéndole los pensamientos, eso que creía que eran paranoias estaban haciéndose realidad en sus narices y lo más seguro era que Minho ya no era suyo, ya no vivía más por él, que ya no lo haría más feliz, que rompió su promesa. Aquella que pesaba tanto en su vida, aquella promesa que él siempre cumpliría, en esa vida y las siguientes. Lo sabía, sabía que sería de esa forma porque podía reconocer que era el único amor de su vida, sabía que pasara lo que pasara, continuaría enamorado de él, porque cada ápice de su ser parecía hechizado por ese amor, porque cada célula de su cuerpo le contaban que sólo sería para él, sólo para él. Su corazón le contaba que era el amor de su vida, pero entendía también que no necesariamente sería correspondido.

—¿Desde hace cuánto tiempo? —pregunta con el pecho doliéndole como si su corazón fuera a dejar de latir en algún momento.

—Desde hace varios meses —suspira ella mirando perdida cómo la brisa media suavemente las hojas verdes que se tornaban amarillentas por el otoño—. Exactamente desde que llegó Yuri.

Ve algunas hojas amarillas amontonándose en el piso, muriendo lentamente porque su tiempo hubo llegado y ahora les tocaba volver a ser parte de la tierra, ya no era su tarea embellecer con su hermoso color verde.

Suspira y lo piensa mejor, si tenían una tarea y era embellecer ese panorama de otoño, ese que siempre se tornaba entre hermosos y salvajes colores naranjas y tierra, dejando un toque de nostalgia a los ojos de quienes lo apreciaban.

¿QUÉ ERES PARA MI?Where stories live. Discover now