UN MOMENTO INESPERADO

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~*~

Un silencio calmo que los acompaña hasta que Minho se detiene y Taemin se tensa al ver esa casa, porque la recuerda, pero Minho sin mediar palabra alguna y con una pequeña sonrisa sujeta su mano y juntos entran.

Jamás creyó que podría conocer el interior de esa casa y cuando la ve se siente decepcionado, porque a Minho le gustaban las cosas alegres y esa casa más parecía un palacio con una decoración en la que al girarse nota que Minho nunca fue parte de ello.

Su rostro algo triste es lo único que parece concordar con esa casa fría donde apenas se podía sentir un poco de calor y estaba seguro que era por su hijo Yoogeun y por la pequeña Hana.

Sin preguntar nada sigue los pasos de Minho que aun parecía en trance, igual que él, pero al menos su cerebro intentaba pensar y no hundirse en ese miedo que quería hacerse enorme en su interior ordenándole salir y volver a casa, pero estaba luchando, no quería actuar y luego arrepentirse de haber huido sin antes escuchar lo que fuera que Minho le diría.

Seguía avanzando aunque ese miedo le contaba al oído que escucharía horribles palabras, tanto o peor que las ultimas que le escucho decir la última vez que sostuvieron una conversación en aquella época. Sin embargo, ese pecado y ese secreto que ahora no sólo era suyo le decían que debe quedarse.

Minho abre la puerta de su recamara, esa que fue renovada por completo gracias a su hermano que le dijo que se deshiciera de todo lo que tenía ahí, peor si le amargaba tanto. Una nueva cama que apenas tenía días de nueva, una televisión nueva, cuadros divertidos nuevos, una mesita de noche nueva, hasta cortinas coloridas nuevas. Todo nuevo, como si quisiera volver a empezar.

Tira con delicadeza de su mano y hace que Taemin se recueste a su lado.

Por el momento no quería hablar de nada, no se sentía capaz de hacerlo, no sabía si sería capaz de poner en palabras lo que llevaba dentro desde la última conversación que sostuvo con Key. Se recuesta a su lado y se acerca un poquito más.

Una cercanía que compartían con miedo, pero aun así no preguntaban, apenas el silencio era quebrantado por algunos suspiros.

Taemin siente la mano de Minho acariciar sus cabellos, justo como cuando vivían juntos, justo lo que hacía cada que se tendían juntos. Cierra los ojos y se deja querer, siente esa mano recorrer su rostro y delinear sus labios, caricias que son repartidas en su brazo, caricias que llegan a su cintura y se dirigen a su espalda, un mar de caricias lentas que terminan en un abrazo que no se esperaba.

(En realidad no esperaba que nada de eso sucediera.)

Cuando creyó que Minho lo buscaría para hablar de lo que ocurrió, hubo imaginado un momento lleno de lágrimas y llanto desgarrador, gritos llenos de reproche, incluso palabras crueles que lo enviarían al fondo del abismo una vez más. Aunque había ido al infierno ya tantas veces que incluso se sentía aburrido de pensar en ello.

Había estado esperando tantas cosas que una vez más Minho hacia algo que le dejaba sorprendido al extremo cuando siente sus propias manos aferrarse a su camisa mientras Minho lo presionaba un poco más contra su cuerpo.

Durante tanto tiempo alucinó con ese abrazo que ahora sentía que estaba en su mejor sueño, por eso sus ojos ya no querían abrirse y se dejaba abrazar con aquel que un día quiso odiar, olvidar y simplemente no pudo. Fue imposible y más aún ahora que le daba lo que tanto deseaba, justo cuando lo necesitaba.

Una situación tan similar que le recuerda a aquella semana de locura que vivieron en aquel pueblo perdido en medio de la nada, cuando por segunda vez se besaron y tomados de la mano, en silencio y tan solo comunicándose con la mirada caminaban rumbo a aquella vieja cabaña donde se hicieron uno por primera vez.

¿QUÉ ERES PARA MI?Where stories live. Discover now