Myungsoo sin querer se había encargado de moler y remoler cada uno de los pedazos, dejando un simple polvo incapaz de volver a su estado original, a menos de que la persona responsable de aquello lo reparara.

Pero al parecer, eso no pasaría hoy, ni mañana... ni tal vez en seis meses.

-¿Quieres cenar con nosotros?

-No... no gracias, no tengo mucha hambre, mi estómago aún no está muy bien, solo tomare mi medicamento y me iré a dormir.

Antes de que pudiera llevarme la pastilla a la boca, Myungsoo detuvo mi mano y la bajo con lentitud, se acercó más y más a mí, hasta que lo tuve frente a frente, me soltó la mano y me tomo por la barbilla, haciendo presión con sus dedos para que abriera mi boca, introduciendo un pedazo de carne envuelto en lechuga en mi boca.

Mi corazón latía tan desbocadamente que mi pecho dolía, ahí la prueba de mi teoría, solo Myungsoo podía reparar este dañado corazón, mis mejillas debían ser de un rojo intenso en ese momento, la cercanía, el tacto, todo era una tremenda tortura, porque no podía tocar de vuelta, no podía hacer más que quedarme quieto, conformándome con eso cuando yo había tenido todo, absolutamente todo de él.

-No puedes tomar medicamento con el estómago vacío, te hará daño, anda ve a recostarte, te has puesto pálido de repente.

Alboroto mi cabello y palmeo mi hombro, Myungsoo sin saberlo, me torturaba de una forma muy cruel, asentí cuando me vi incapaz de producir sonido alguno, tome una botella de agua del refrigerador y me fui a mi cuarto.

Cuando cerré la puerta, me apoye contra esta, colocando la mano derecha sobre mi pecho, el latir desbocado de mi corazón aun persistía, la quemazón por el tacto de su mano también, pero poco a poco todo era tragado por el dolor que comenzaba a invadir mi cuerpo, haciéndome deslizar hasta el suelo para poder ocultar mi rostro entre mis manos y comenzar a llorar, llanto que incremento cuando la voz de aquella mujer se escuchó en el apartamento, cuando los besos húmedos que ambos se daban hacían eco en el lugar.

Dolía y ni siquiera podía verlo, dolía porque esos labios me pertenecían y ahora era incapaz siquiera de mirarlos, dolía tanto que justo en ese momento, desee morir.

Día 31.

Comienzo a creer que no podre con esto, soy una persona muy débil, soy alguien patético, me acostumbre a depender de él y ahora que no está, no sé cómo vivir, pero hago mi mayor esfuerzo, esto me está consumiendo a pasos agigantados, no de forma lenta y silenciosa, es rápido y ruidoso, me grita que él no volverá a mí y que deje de intentarlo.

Creo que lo peor de todo es aquella voz que me dice lo que siempre pensé, él ahora puede ser más feliz, ella puede darle lo que yo nunca podre, hijos, una familia. Myungsoo no será señalado por ser gay, Myungsoo no será lastimado por mi culpa.

Pero no puedo dejarlo ir, no puedo dejar de aferrarme a él aunque todo esto duela, porque lo amo, lo amo tanto, aprendí a amar cada aspecto de él y ahora es tan difícil intentar odiarlo, aun con todo, el sigue siendo amable conmigo, sigue sonriéndome y buscándome para ayudarle a resolver cosas que él no entiende, aunque ni yo las entiendo, aun si solo se trata de trabajo, Myungsoo sigue considerándome indispensable para él.

Hoy me ha tocado y ha sido como cuando le echas más leña a un fuego que está a punto de morir, me ha dado esperanzas, pero no muchas, al menos ya me toca y sé que no le doy asco, si el supiera el fuego que enciende en mí, las ganas de abrazarlo que me dieron, quise besarlo, quise devorarle los labios a besos, pero estos ya no me pertenecen, no ahora, justo ahora puedo escucharlo besarse con ella, el ruido de sus besos sobresale aun contra el de la pluma al rozar el papel, ¿este dolor disminuirá algún día?

AMNESIAWhere stories live. Discover now