Capítulo 3.

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14 de febrero del 2014.

-¡Lee Sungyeol! ¡Joven Lee Sungyeol! Si no tiene pensado poner atención, hágame el favor se salir de mi clase.

Más que una sugerencia, fue una petición, de todas maneras no podría concentrarme en lo más mínimo, suspire y salí de aquel salón, caminando hasta el jardín trasero del instituto, ahí me tire en el pasto al pie de unos grandes arboles, cerrando mis ojos, intentando no volver a llorar.

-Myungsoo...

Debía dejar de pensar en él, ni siquiera se había preocupado por enviarme un mensaje diciéndome que estaba bien, seguramente estaría tan ocupado abriendo todos sus chocolates, que ni tiempo de pensar en mi tenia.

Había cometido el error de enamorarme de él, de ese ser perfecto que nunca se fijaría en mí.

La campana sonó una hora después, había logrado contener el llanto, ahora solo tomaría mi mochila y saldría de ahí, iría directo a casa y no saldría de la cama durante todo el fin de semana, por suerte era viernes.

Tomé mi mochila y salí, estaba cruzando el enorme portón del instituto, cuando alguien grito mi nombre.

ㅡ¡Lee Sungyeol!

Me giré y me encontré frente a frente con un chico de un curso menor al mío, Niel, o algo así se llamaba, solo habíamos cruzado palabras una o dos veces, llevaba un gran caja en las manos y cuando se acercó más a mí, me la entrego, echándose a correr luego, dejándome con cara de idiota y rodeado de un montón de mirones.

El ruido de un motor acelerando sin moverse de su lugar, llamó mi atención, conocía ese motor, era de la moto de Myungsoo, giré el rostro y lo vi ahí, frente al instituto, con su chamarra negra de cuero y su casco, sabía que me miraba solo porque tenía el rostro girado hacia mí, me señalo la parte trasera de la moto, indicándome que subiera y yo obedecí, sin chistar.

Guarde los chocolates que Niel me había dado en mi mochila y me la acomode bien en la espalda, tome el otro casco y me lo puse, subiendo a la moto de Myungsoo, con un poco de trabajo pude escucharlo.

-Sujétate bien.

Rodee su cintura y yo me sentí derretir cuando mis fosas nasales se llenaron con el delicioso aroma del mayor, aun con el casco puesto podía percibirlo, era tan masculina su fragancia, mis manos se aferraron con más fuerza alrededor de su cintura, nos detuvimos frente al edificio donde vivía, un gran edificio de apartamentos un poco... muy lujosos.

Myungsoo venía de una familia rica, aunque ahora él trabajaba como modelo y acababan de darle su primer protagonico, algo sencillo pero yo esperaba que triunfara, ganaba su propio dinero, el acababa de graduarse de la universidad.

No me hablo durante todo el camino en el elevador, ni siquiera me miraba y eso solo me hacía querer llorar más; había estado así de raro estos días, llevaba más de una semana sin hablarme y antes de eso se había portado cortante conmigo, sentía que pronto me pondría a llorar, mis ojos ardían, las puertas del elevador se abrieron y el salió primero, estuve a punto de presionar el botón para que estas se volvieran a cerrar y yo me escaparía y regresaría a casa.

Pero no lo hice, salí tras él y entre cuando abrió la puerta del apartamento, mire alrededor, todo estaba perfectamente ordenado, olía bien, ¿pollo?, mi estómago gruño y Myungsoo se paró frente a mí.

-¿Quién era ese?

-¿Eh?

-Solo responde Sungyeol, ¿quién era el de los chocolates?, ¿estas saliendo con él? ¿Te gusta?

AMNESIAWhere stories live. Discover now