XXXVI

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*te perdiste la broma del día de los inocentes*.


Capítulo 36.

Madrid, España. 2 de Octubre 2017.

—Vaya, vaya. Pero si es el ganador del balón de oro —suspiré antes de entrar a la oficina y ver a Gael tenía una sonrisa contagiosa y una mirada que podía intimidar a cualquiera—. Nunca pensé que cuando me dijeron que el gran Sebastian Berkeley pidiera mi ayuda, fuera real —se sentó en una de mis sillas—. Linda oficina, mejor que la mía —se acomodó la corbata y me miró.

—Quiero atrapar a tu hermano pero no sé si confiar en ti. Tu familia es dueña del burdel...

—Porque yo ayudé a tu novia en su juicio y si quieres pregúntale. Yo le pagué el abogado, yo quiero ver a mi familia hundirse. Estoy en la policía y en la Interpol desde hace años. Quiero la cabeza de mi hermano, lo odio...pero tiene a toda la policía comprada y siento que tu novia podría ayudarnos... ella podría ser un....

—Nunca, no la pondré en peligro, olvídate de ella. Mi deber es protegerla, de ti o de tu hermano. No sé que es más escalofriante, que tu hermano se hiciera pasar por ti o que realmente también tienes su mirada.

—Pero yo tengo ojos más bonitos —se inclinó en el escritorio y pestañeó de forma coqueta pero en broma—. A lo que venía, trabajaré para ti junto a Roman y... ayudaré atrapar a mi hermano.

—¿Por qué accediste tan fácilmente?

—Mi madre era la amante de su padre, su padre la prostituyó y la mató como a cualquier mujer que le llega su fecha de caducidad o sepa mucha información... No es algo que perdone fácilmente si me disculpas. Mis motivos son egoístas pero alineamos nuestros intereses—había algo que no me permitía confiar plenamente en él, era su arrogancia o determinación, pero su mirada, potente y sincera, me decía lo contrario. Además confío en Roman, sí él confía en él, yo también podría intentarlo.

Madrid, España. 8 de Octubre 2017.

—¡Quiero que este bebé salga ya! —miré divertido a Gabriela que gritaba y golpeaba repetidas veces a Daniel, no era el único divirtiéndose, Devon se estaba partiendo de risa.

—Tranquila mi amor porque... ¡Ah, mujer! —gritó cuando ella le apretó el brazo. Según lo que dijo el doctor, el bebé debió de nacer el uno de octubre pero como él o la bebé decidió quedarse un poco más de tiempo. Si, estos dos quieren saber el sexo cuando nazca, es más, hay apuestas de por medio.

—Llama al maldito doctor, ahora ¡No quiero el dolor! Y no... no quiero la epidural —dijo mientras volvía a gemir, las contracciones eran más fuertes y Gabriela se ponía muy intensa—. Y ustedes dos si no se van de aquí les lanzo la silla en la cara y... ¡Ah! —Devon y yo nos miramos nerviosos, Gabriela suele intimidar demasiado, además de que es mandona y... ya saben, la apreciamos y apreciamos también nuestra vida.

—Mejor, estaremos afuera —Devon y yo salimos a la pequeña sala de espera y nos sentamos en la silla.

—Vaya, parece que no has dormido nada —miré a Devon con media sonrisa y negué.

—No dejan de llegar mensajes de amenaza... que más inocentes morirán o que ella debe rendirse... —susurró—. Estoy consciente de que Kisha es más fuerte ahora, pero tengo miedo ahora. La necesito, más que nunca —susurré y Devon me dio dos palmadas.

—Eres Sebastian, encontrarás una forma de averiguarlo... más ahora que su hermano está de tu lado. ¿No?

—Roman se encarga de ello y no confío mucho en Gael pero tiene motivos más fuertes para atraparlo; tengo fe de que estamos a un paso más cerca. Ahora dime... ¿Qué tal le va al chico rompe corazones?

Hermoso Caos (Beautiful Mess)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora