XXXII

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Capítulo 32

Madrid, España. 8 de Julio 2017.

Habían pasado los meses con tanta tranquilidad, regresar a casa, tener a mi hija recibiendome en la puerta todos los días después de trabajar y besar los labios de mi vida. Los mensajes habían cesado y casi todo había vuelto a la normalidad o eso creía yo.

Kisha seguía con sus clases online y unas asesorías, Emma por su parte estaba más inquieta que de costumbre. Suele dormir ahora conmigo, porque le pone celosa que Kisha se quede en la casa, entonces el pequeño bodoque, nos abraza y nos separa.

Lo único que ha pasado fue el cumpleaños de Sasha y el gran beso que tuvo con Devon.

Pude jurar que a estos dos los vi como simples amigos, porque a Devon le gusta una chica; y Sasha... se veía distraída últimamente y salía por las noches.

—¿Por qué no quieres? —miré con duda a Kisha y me encogí de hombros.

—Dejé el fútbol hace más de un año y medio, creo que no quisiera volver.

—Pero es el mundial amor, además hace tres años ganaron la copa, eres bueno jugando y realmente siento que tu equipo te necesita.

—Ni me lo menciones, Devon estuvo furioso conmigo porque le quité la copa —rio—. El partido fue muy competitivo, pero ya sabes, somos como hermanos y la rivalidad se quedó en la cancha. Como has de saber, dos finales de Alemania contra Argentina, y ambas ha perdido Argentina.

—No me mates cariño, pero fue un robo de partido. Te amo y Devon me cae de maravilla, pero ese partido estaba arreglado —le miré desafiante y le iba a responder, si no fuera porque Emma empezó a llorar, corrí hacia su cuarto y ella al verme saltó de la cama y se refugió en mis brazos.

Eran las siete de la mañana y es raro que mi hija se levante a esta hora.

—Esto no se queda aquí —le dije a mi novia bajo, ella rió. Ganas de llevarme la contraria, primero que es del Barcelona y ahora que le iba Argentina, con esta mujer es imposible. ¿Qué faltaba? Que comprara ropa deportiva de mi competencia.

—Papi, peshadisha —lloró sobre mi hombro y me abrazó con fuerza, su pequeño cuerpo estaba hecho una bolita y sus ojos celestes se habían empeñado por las lágrimas.

—Oh amor, estás  con tu familia, estamos a salvo —me acosté en la cama con ella y besé todo su rostro. Ella empezó a hipear, pero con mis besos empezó a sonreír y limpiar sus mejillas.

—Hombre malo hacia pum y tú —acarició mi mejilla y la besó sonoramente—.Te amo papá...

—Yo también te amo pequeña —acaricié su mejilla con amor y ella posó su mano en mi pecho.

—¿Musho?

—Mucho —le besé sus ojos para que ninguna lágrima estuviera en su rostro.

Kisha nos miraba con ternura y cuando Emma notó su presencia, le llamó con alegría.

—Mami, mami. Abasho —Kisha sin protestar, le fue abrazar y acostar a nuestro lado.

Estos momentos son los que más aprecio. Trabajar por, de ocho a diez horas arduamente, entre semana para compartir estos momentos con mis chicas , mi familia.

—Mañana nos invitó a comer mi padre, Danika quiere ver a su príncipe y jugar con la pequeña.

—Danika —dijo Emma con alegría y se recostó encima de mí.

—Si princesa, mañana iremos. ¿Te parece?

Mi bebé sonrío, Lakeisha también.

* * *

Hermoso Caos (Beautiful Mess)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora