¿QUÉ ERES PARA MI?

ES MI PECADO, NO EL TUYO

—Minho —y aunque quisiera colgar estaba como ido por ese beso que se profundizaba y le dejaba volando lejos—. Amor —y esas palabras alargadas simplemente hacían que volara tan lejos.

—Espera un segundo —con una fuerza de titán se separa unos segundos de esos labios que le sonreían y acerca el teléfono al oído—. Te llamo luego, gracias por todo.

—¿Era tu appa? —pregunta Taemin mientras se tendía completito sobre él, con la firme intención de volver a dormirse, una intensión tan diferente a la suya.

—Sí —intenta besarle pero Taemin bosteza y después de darle un besito casto vuelve a cerrar los ojos.

—Tu appa me agrada mucho.

Se queda mirando la mano de su madre que había dejado de llorar y ahora estaba durmiendo con un semblante triste. Mira ese anillo y ve el suyo en su dedo, ese que seguía brillando indiferente a lo que en realidad le pasaba a su matrimonio que parecía contaminado, podrido y sin remedio. No tenía salvación. No cuando el sillón de la sala se había vuelto su cama, no cuando ya no recibía ni un poco de amor, no cuando lo único que veía en los ojos de Yuri era regaño y decepción, no cuando en su corazón ya no tenía la menor intensión de reparar lo irreparable.

Caminaba por los centros comerciales y entraba a cada tienda donde vendían joyas, sin embargo aunque algunos anillos le gustaban no tenía dinero suficiente para pagarlos.

—Key ¿Podrías hacerme un préstamo? —sí, había llamado al mismo Jack el destripador para pedir dinero prestado.

—Dime que no es lo que estoy pensando —definitivamente Key sabía leerle y debía admitirlo aunque le molestaba que así fuera.

—No me alcanza para los anillos —acepta su realidad y sabía que no podía pedirle más a Jonghyun que ya le prestó bastante.

—No seas idiota —claro, era demasiado idiota al llamarle.

—Voy a colgar.

—No cuelgues o te mato —precisamente por eso no solía llamar demasiado al rubio.

—¿Me prestaras el dinero o no? —pregunta mientras patea un par de piedritas que le sacan de quicio sin motivo alguno.

—Tonto, sólo dale algo que realmente valores —no eran palabras que esperaba escuchar—. Te aseguro que si le das un anillo de lana estará igual de feliz que si le das un anillo de oro puro y lleno de diamantes.

Y después sólo escuchaba es estúpido bip que le decía que la llamada había terminado.

Sin embargo, las últimas palabras que escuchó del rubio le dejaron realmente contento y se sentía flotando por tener a alguien como Taemin a su lado. Definitivamente era un suertudo.

Una lagrima que cae por sus mejillas golpeándose y destrozándose en su anillo de bodas, una lastimera lagrima que ya no era capaz de contener, porque el pasado de repente parecía volver y restregarle en la cara lo idiota que había sido.

Torpemente quita su anillo de su dedo, sin importarle que estuviera lastimándose, lo sujeta y mira su interior y no había ni inscripciones ni nada, tan vacío como se sentía su estúpido corazón. Lo vota contra la pared golpeándose, rebotando y cayendo por fin al suelo.

—Recógelo o Yuri se pondrá peor —la voz de su madre lo sobresalta no puede evitar sorbetear la nariz y sentirse demasiado ridículo.

—Lo sabes, mamá, sabes que ese matrimonio ya no existe desde hacía mucho —limpia su rostro para asegurarse de que no estuviera llorando como lo hacía su alma—. Y si continua conmigo es sólo por su orgullo.