EMPEZANDO DE CERO

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Todo parecía cobrar sentido sólo cuando se encontraba con todos esos niños del hogar que siempre le sonreían, y esas risas eran lo único que podían quitar un poco de la oscuridad de su lastimado y dolido corazón.

Al llegar de su examen, ve a Key tallando otra prenda.

Era por él, solo para no verlo triste que decidió seguir adelante, aunque no dejaba de sentir ese hilo fino que aún lo ataba al pasado. Ese nombre que volvía de vez en cuando a su mente, y eso sucedía por las mañanas justo al despertar de ese sueño donde veía a ese niño que sabía que era su varoncito, su pequeño hijo. Lo sabía porque tenía esos enormes y hermosos ojos que tenían una mirada tan profunda.

—Ya te estabas tardando demasiado ¿sabes? —Key se gira y sonríe al ver esa cara extraña que siempre ponía después de dar un examen. Nunca se había fijado en lo exagerado que era a la hora de las notas, ni en la escuela a la que tanto tiempo fueron juntos—. Tengo todo preparado ¿nos vamos? —Taemin se sorprende, pero un segundo más tarde ya no lo está porque era Key tan detallista y ahora estaba yendo a alistarse para volver a salir.

—Estaré en cinco minutos.

—Pff supongo que tendré tiempo para diseñar una colección más —se mofa Key y Taemin simplemente le saca la lengua porque lo tardón que era a la hora de vestirse y arreglarse se le había contagiado en extremo y él era la versión mejorada.

Sin embargo era una fecha demasiado importante, por eso Taemin termina justo en el tiempo que dijo que terminaría de arreglarse.

Key conduce hacia esa iglesia a la que ya asistían en esa fecha por esos tres años. Sí. Era el día en que ocurrió aquella tragedia y juntos iban a realizar los rituales religiosos y dejaban flores blancas en memoria de ese pequeño. Su hijo y su sobrino.

Una tarde que se llena de suspiros y lágrimas que se les escapaban, como intentando desahogar sus almas de esa tristeza que apenas parecía desaparecer, tan lento como si algo no le permitiera marcharse. Sin embargo era la única tarde en la que se consolaban y dejaban salir esa pena que acongojaba sus corazones, por esa pérdida irrecuperable.

—Sabes —Taemin bebe un poco más de ese whisky e intenta enfocarse en Key que ahora parecían dos personas—. A veces me pregunto que hubiera pensado mamá si supiera lo que ocurrió —Key le mira y deja caer un par de lágrimas.

—Seguro volvería a gritar lo mismo, estaba loca —al fin deja salir su verdaderos y dolorosos pensamientos sobre sus madres—. Igual que mi madre.

—Nunca te escuche decir eso —Taemin ríe divertido al ver ese puchero distorsionado en la cara de su primo—. Es más, no creí que pensaras eso.

—¡Pues sí! —se termina su whisky—. Y cuando quiero sentirme menos viejo, me gusta culparlas de todo, por ser tan retrogradas es que pasaron tantas cosas.

Taemin le mira con una ceja levantada, era Key ebrio y pocas veces lo podía ver así, tan indefenso y con cara de no querer crecer y envejecer demasiado rápido, como tuvieron que hacerlo después de haber sido echados de sus casas. Pero con todo lo que habían vivido con seguridad sus almas estaban aún más viejas aunque eso no sea garantía de que hubieran madurado, porque a veces se sentían tan pequeños e indefensos.

—¿Algún día iremos a visitarlas? —pregunta curioso y Key le mira ofendido.

—¡No! Si ellas se avergonzaban de nosotros no tenemos por qué visitarlas cuando ya somos conocidos y hay gente que nos pide sacarse fotos con nosotros.

Ambos ríen. Una risa que termina justo cuando se terminan el líquido ardiente de sus vasos.

Aunque aún sólo eran conocidos en Francia, sabían que no faltaba demasiado tiempo para que eso trascendiera esas fronteras. Key como diseñador ya tenía incluso pedidos especiales y Taemin ya era invitado a desfiles no sólo de moda sino de la presentación de otros productos.

¿QUÉ ERES PARA MI?Where stories live. Discover now