Capitulo 39: ¿Te casarías conmigo?

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Al entrar a la iglesia, veo que está decorada de una forma mucho más acogedora de la que cabría esperar. Una enorme alfombra de color rojo se extiende desde la entrada hasta el altar, y los bancos están decorados con lazos de color blanco y más florituras que seguro han sido idea de Linsay. Oh, y hay flores donde sea que mires.

Aunque me cueste reconocerlo, la arpía tiene buen gusto.

-Absorve bien todo esto, algún día serás tú la que camine hacia el altar junto conmigo -dice Travis poniendose a mi lado, y después me guiña un ojo.

Pongo los ojos en blanco.

-¿Tú nunca te das por vencido?

-No hasta que te vea de blanco y pronunciando un "sí, quiero".

Le doy un golpe en el brazo y avanzo hasta el lugar reservado para nosotros, en primera fila.

Después de saludar a muchos invitados y a mi padre, el cura empieza a mandar a la gente que se siente, pues la ceremonia está a punto de comenzar. Valeria, sentada a mi derecha, mira hacia el suelo, y yo le tomo la mano y le estrecho, en un intento de darle ánimos, aunque se que nada de lo que haga le puede ayudar.

Se muy bien lo que se siente al saber que el hombre al que amas se va a casar con otra.

Casi por instinto, giro mi cabeza hacia atrás, donde sé que están sentados Dean y Brooke. Ver como están tomados de la mano y él le acaricia de forma cariñosa la cabeza solo consigue hacer que se me revuelvan las  tripas y un nudo crezca en mi garganta. De alguna forma, cuando miro al chico sentado a mi izquierda se me pasa un poco, aunque no del todo.

Dejo escapar un suspiro, y Travis me dedica una sonrisa tranquilizadora.

La música comienza a sonar, y segundos después Ashton entra, agarrado del brazo de mi madre. Delante de ellos, un niño pequeño que reconozco como el hermano de Hanna va tirando pétalos de rosa.

Mi hermano debería verse radiante de felicidad, pero, a  pesar de su sonrisa, puedo ver que está inseguro. Es como aquellas que ponía cuando éramos niños y le aseguraba a tía Betty que le gustaba su lasaña de atún, a pesar de que odiaba el pescado con todas sus fuerzas. Una sonrisa que sólo yo podría identificar como falsa.

Cuando llegan al altar, me echa una mirada rápida que aprovecho para interrogarle mediante un gesto. Su única respuesta es tragar saliva y pasarse la mano por la frente.

Lo miro con el ceño fruncido hasta que la gente empieza a lanzar exclamaciones de asombro. Vuelvo la cabeza hacia atrás, para ver a Lindsay caminar con un precioso vestido de novia a través de la alfombra roja, mientras una niña que debe de ser su hermana le sujeta el voluminoso velo.

-Woao -murmura Travis, y yo le piso el zapato, mirándole con mala cara- Perdona, tú estás mucho más guapa.

Ruedo los ojos y me cruzo de brazos.

No es por el hecho de que lo haya dicho por otra chica, es porque se lo ha dicho a ella. De todas las  personas de este mundo a las que no soporto, ella encabeza la lista, incluso por encima de Brooke. Todavía me estoy haciendo a la idea de que vaya a ser mi cuñada, pero supongo que si es lo que  mi hermano quiere, no puedo hacer nada.

Empieza la ceremonia, y mi madre no puede contener las lágrimas. A mi lado, Val también suelta algunas, aunque lo intenta disimular.

Me parte el corazón ver a mi amiga sufrir así.

Cuando el cura me llama para dar mi discurso, casi me atraganto. Desde luego, si hubiera tenido un vaso de agua en este instante, la habría escupido. ¡Se me olvidó escribir el discurso!

Por la mirada que me echa Ashton, creo que ha decubierto que me he olvidado. Sin embargo, me levanto de mi asiento y camino con paso seguro hasta el atril.

Veamos si sirvieron de algo los dos años de interpretación del instituto.

-La verdad, me cuesta mucho creer que hoy estemos aquí para presenciar la boda de mi hermano -comienzo, y este se lleva la mano a la cara, desesperado- Nunca me imaginé que vería a mi hermanito pequeño atarse a una persona, pues siempre ha sido muy independiente. Recuerdo una vez que mi madre le prohibió comer más patatas de jamón (ya se había comido unas cuatro bolsas), él cogió su pequeña maleta y estuvo durmiendo tres días en el jardín, donde según él nadie le ponía normas. Lo sé, nunca ha sido lo más inteligente de este mundo.

Hago una pausa mientras la gente se ríe, y le dedico una sonrisa diabólica a Ashton por dudar de mí.

-Sin embargo, también ha sido siempre un niño que necesita mucho amor. En su primer día de secundaria no pudo pasar ni una hora sin venir a  molestarme por cualquier tontería. Así que Lindsay, cuídalo bien. Es una persona muy fastidiosa, pero muy especial, y estoy segura de que no habría hecho nada sin él en mi vida. Gracias por todo Ashton, y no olvides lo mucho que te quiero. Y donde sea que esté, Danielle te está observando y está muy orgullosa de que hayas conseguido asentar la cabeza y amar de  verdad a una persona. Recuerda que aunque no sean las decisiones acertadas las que tomes, estamos contigo, las dos. Por siempre -al final, mi voz se quiebra, y aprovecho el momento de los aplausos para acercarme a él y darle un gran abrazo.

Después de un discurso de la madre de Lindsay y unas cuantas palabras del párroco, se intercambian los anillos, y llega el momento definitivo.

-Lindsay Watterson, ¿aceptas a Ashton Williams como esposo y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarle y respetarle todos los días de tu vida?

-Si, acepto.

-Ashton Williams, ¿aceptas a Lindsay Watterson como esposa y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarla y respetarla todos los días de tu vida?

Un silencio inquietante inunda la iglesia después de que el cura diga las palabras. Todos miramos a Ashton, esperando por una respuesta. Cruza su mirada conmigo, y sé lo que va a decir antes de que lo pronuncie.

Le lanzo una sonrisa y le animo a hacerlo.

-Yo... Lo siento Lindsay, pero no puedo hacerlo. Estoy enamorado de otra persona.

El silencio que se hace a continuación de la revelación de  mi hermano es aún peor que el anterior, aunque yo estoy conteniendo mi risa y mi baile de la victoria. Sería inapropiado hacerlo ahora mismo... ¿Verdad?

-¿¡Cómo!? -grita la novia, encolerizada.

Normal, la acaban de rechazar en su propia boda. Mmmm.... No, no siento pena por ella. Se lo merece, ni siquiera quiere a Ashton, solo va detrás de su dinero.

-Lo siento, no sería justo para tí -dice este.

La chica "rompe a llorar" y sale corriendo, seguida por algunas de sus amigas y sus padres.

Ashton me mira, y le animo a continuar. Aún tiene demasiadas cosas que decir, y no pienso dejar que  se vaya de aquí sin hacerlo.

-Lamento mucho haberles hecho venir para una boda que al final no se va a celebrar, pero como ha dicho mi hermana antes, cuando me case tiene que ser con una persona a la que ame de verdad. Y esa persona no es Lindsay, aunque por desgracia me haya dado cuenta demasiado tarde. Sin embargo, quizás no se vayan a ir de aquí sin presenciar una boda.

Los murmullos no tardan en llegar, y todos los invitados se miran entre sí. Valeria mi mira, confundida, y yo me encojo de hombros con una sonrisa.

-Vamos Ashton, dilo de una vez -murmuro.

-Porque no, no amo a Lindsay, pero sí a otra persona. Y esa chica se encuentra justo aquí ahora mismo -mi hermano comienza a caminar hacia nuestro banco, y juro que nunca he visto a alguien con la boca más abierta que Val- Esa chica es una persona increíble a la que conozco desde hace mucho, pero por desgracia me he dado cuenta demasiado tarde de mis sentimientos. Y no quiero esperar más para decirle lo que siento, porque la vida es demasiado corta, y yo ya he malgastado mucho tiempo con la persona incorrecta.

Se arrodilla frente a mi amiga, que para este momento está soltando lágrimas, que creo que son de pura felicidad.

-Sí, Valeria, te amo. Y aunque suene una locura, ¿te casarías conmigo?

Cuando El Otoño LlegaWhere stories live. Discover now