Capitulo 33: Dividida

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Después de dos semanas de la quedada con Dean, tengo la cabeza completamente dividida en muchísimas partes.

La primera de ellas: la boda de Ashton. Queda exactamente una semana para que llegue, y no se si eso es algo bueno o algo malo. Me alegro por mi hermano, de verdad que lo hago, simplemente no creo que esa sea la mujer de su vida.

Y hablando de hermanos, justo cuando estoy metida en mis pensamientos sobre su boda, irrumpe en mi casa con Val detrás de él. Últimamente han estado pasando mucho tiempo juntos, se han hecho algo parecido a mejores amigos.

-Quiero ver tu vestido de dama de honor -dice Ashton tirandose en el sofá a mi lado, sin molestarse en saludar.

Vacilo un poco. Tenía en mente ponerme el vestido que me regaló Dean, pero hace unos días que estoy dudando de esa opción. Quizás debería salir a comprar otro vestido, pero no hay tiempo...

-Vamos, Maddy. A este paso me voy a hacer viejo -se queja.

Le miro con cara de frustración y Val le pega una colleja, que le agradezco con la mirada.

Voy hacia mi habitación, de donde saco la caja con el vestido azul que tanto me gustó. Mientras deslizo la prenda por mi piel, dejo que mi cabeza vuelva a volar.

Dean.

En estas dos semanas no he vuelto a cruzar una palabra con él, y, la verdad, no se como sentirme al respecto. Una parte de mi, no puede evitar sentirse utilizada. Quedó conmigo, me dijo cosas bonitas, me besó... Y luego desaparece, sin más.

Es cierto que yo tampoco he intentado acercarme más, pero, vamos, ¡es él el que dijo que había venido a Seattle por mi! Debería currarselo un poco, al menos, aunque parece que no es algo que vaya a hacer en un futuro temprano.

Cojo unos tacones negros y me los calzo, para después salir de mi habitación y dirigirme al salón, donde me esperan mi hermano y mi amiga.

-No es gran cosa, a Lindsay no le gustaba como me quedaba, asi que a lo mejor deberíamos volver a ir de compras... -digo mientras sus miradas me recorren de arriba a abajo.

-¿Estás de coña no? -pregunta Val con los ojos muy abiertos, y el ceño ligeramente fruncido.

-Vale, ya se me queda mal, pero tampoco es para eso... -digo un poco molesta.

-Maddy. Estás impresionante -dice mi amiga negando con la cabeza, sin despegar la mirada de mi.

Siento como un ligero rubor se extiende por mis mejillas, y miro hacia otro lado.

Ashton me mira, callado. Me empiezo a inquietar.

-¿Ashton, qué opinas? -pregunto, con temor a su respuesta.

Me mira a los ojos, y puedo ver como tiene los suyos cristalizados. Oh, no. De verdad va a llorar.

Se levanta hacia mi y me envuelve entre sus brazos, derramando un par de lágrimas durante el proceso.

-Eres la hermana más preciosa del mundo. Gracias por hacer todo esto -dice, y se me encoge el corazón.

-Oh, vamos. Las bodas no te sientan bien, te vuelves muy sentimental -bromeo para hacer más llevadero el ambiente de la habitación, que se empieza a notar pesado.

Y solo hay una razón para eso: otro de mis quebraderos de cabeza. Mi hermana Danielle lleva estando muy presente en mis pensamientos durante estos días. Creo que aún no consigo asimilar que no vaya a estar en un momento tan importante como este, y se que mi hermano piensa lo mismo que yo.

Su esencia está muy presente, tanto que llega a doler su recuerdo. Ella debería estar aquí, a mi lado, haciendo el mismo papel que yo. Pero la vida no es justa, y te quita lo que más quiere sin siquiera avisarte.

Cuando El Otoño LlegaWhere stories live. Discover now