LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO

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- Minho...

- Taemin...

Sin importar nada vuelven a unir sus labios desesperadamente y no tenían alcohol corriendo por sus venas, estaban sobrios. Y estaban locos. Así se sentían al abrazarse buscando mayor cercanía, buscando un poco más de esa droga que no quería abandonarles. Minho tallando su cintura con sus manos y Taemin desordenándole los cabellos y acariciando su cuello.

No se conocían.

Apenas sabían sus nombres.

Y sus manos viajaban desesperadas buscando aberturas para poder escabullirse y poder acariciar un poco más de piel.

Sin embargo el sonido de un auto estacionándose cerca los hace separase en contra de su voluntad. Se miran a los ojos y era como si se pudieran comunicar más allá de las palabras. Un poco más allá. Podían entender el lenguaje del amor.

Amor.

Pasión.

Ambas cosas.

O quizás era sólo atracción y deseo.

Taemin coge su mano y lo arrastra a través del riachuelo sin importarle que terminaran mojados, iba hacia aquella vieja cabaña donde solía jugar desde niño. Camina lo más rápido que puede mientras sujeta con fuerza esa mano que le provocaba aún más calor, más de esa sensación electrizante que le embriagaba dejándole al borde de la locura.

Minho se deja arrastrar seguro de lo que ocurriría en un instante más. Seguro de lo que deseaba, pero algo le decía en su interior que no era una aventura, por más que eso era lo que parecía. Aun así.

Llegan a aquella cabaña cuando el atardecer casi está extinguiéndose, dejándole paso a los deseos que se escondían en la oscuridad, justo detrás de esos ojos que se miraban con deseo. Con ese que jamás sintieron y que ahora era demasiado fuerte y no podían, ni querían resistirse.

Estaban decididos a probar un poco más de lo prohibido. Lo necesitaban.

A cada beso siente como si estuvieran adueñándose de él, de sus labios, de su cuello, de sus manos, de su piel, de su cuerpo que parecía suplicar por más caricias, por más besos, por más pasión que le era entregada sin mezquindad dejándole conocer aquellas sensaciones tan placenteras entre la extraña mezcla de la adoración, delicadeza y la fuerza, con la que era marcado como suyo para siempre.

Con cada caricia repartida con tanta delicadeza sobre su piel, a cada beso repartido con admiración siente como si estuvieran lanzándole un hechizo poderoso, como metiéndose por su piel hasta adueñarse por completo de su corazón, arrancándole la razón y poniéndole aquellas cadenas que creyó que eran solo su imaginación y él se entregaba a sus encantos. Quería hacerse su esclavo.

Las voces de sus almas cantaban juntas al unísono, sus pulsos resonaban fuerte fundidos en su mundo de colores, llevándolos muy lejos dentro de ese efímero sueño.

Desesperadamente se deshacen de su última barrera para darle rienda suelta a la locura que los azotaba y que ya no podían controlar. Inconscientes de tanto placer suspiran y sueltan gemidos que los avergüenzan, movimientos que les hace tocar el cielo.

Como si fuera posible guardarse una estrella en el bolsillo.

Así se sentían mientras el placer los volvía uno desenfrenadamente, respiraban con dificultad mientras ese viaje parecía llegar a su punto más lejano y más alto, al infinito.

No había palabras de amor, pero si caricias que se entregaban como agradecidos por eso reciente que acababan de vivir.

Minho acaricia la piel de esa delgada espalda con su dedo pulgar, sintiendo las caricias que Taemin le dejaba en el abdomen mientras acomodaba su cabeza sobre su torso, utilizándolo de almohada. Con su otra mano le acomoda un poco el cabello antes de que ambos caigan rendidos al sueño después de mirarse, sonreírse y regalarse un último beso.

¿QUÉ ERES PARA MI?Where stories live. Discover now