Mi rincón oscuro.

Amor egoísta.

Córtate, cósete, rómpete. Jódeme.

Llórame, grítame, úsame. Jódete.

Compartamos el dolor, pero no pretendas que no me afecte. Son los efectos secundarios del amor. Sufriré más por ti que por mi, porque si me muero no pierdo nada, pero si mueres tú, pierdo la vida. Y sí, aunque soy un suicida y sé que el dolor emocional es peor que el físico, no lo es al psicológico. Usas tus muñecas como espejos de tu mente. Y al no gustarte lo que ves, lo rompes. No quiero que nadie más toque tu cuerpo, que es el mío. Sufre para no hacerme sufrir, y llámame egoísta, aún sabiendo que mis pulmones siguen funcionando solo para guardar tu olor. Mis neuronas siguen nadando entre alcohol solo para entregarte mi mente. Mi cuerpo, roto por dentro y por fuera, cumple con su función solo para ser tuyo una eternidad más. No cambies tu forma de pensar, no cambies nada de ti, ni para bien ni para mal. Pero te propongo ser sustituto de tus cuchillas, rasgando tu espalda entre placer para hacerte olvidar, entre orgasmos y gemidos, el dolor de tus muñecas enredadas en mi pelo.