Mi rincón oscuro.

Winter is coming.

Mis lágrimas derriten la nieve que cubre mi cerebro, como una lluvia de ácido salado que limpia, quema y destruye. Mis neuronas vuelven a una era en donde la electricidad no se había descubierto, y mueren. Células muertas, husos rotos y cabeza de serrín. 

He empezado una nueva vida, un camino que está a dos pasos del fin. Si los zombies comen el cerebro que les falta, he de empezar una dieta de ilusión y ganas de vivir. De sangre, de sueños, de emoción. De vida. 

Mi corazón podrido contamina mi razón. Quizás las drogas me aporten esas vitaminas fantasiosas. Alucinaciones psicodélicas que den vida a mi mente y que maten mi cuerpo un poco más. Ese es el problema. Que hay mentes muertas en cuerpos vavíos llenos de vida.

 Miro por la ventana del puente bajo el que vivo. Nieva. 

Miro por la ventana de mis ojos. Tormenta.

Una tormenta de nieve en el desierto húmedo de mi cementerio cerebral. Un trueno es la última sinapsis que se produce en mis neuronas, mis nervios electrocutan mis sentidos, y por fin ya no soy yo.