Capítulo 20

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A la mañana siguiente, una de las mujeres que se encargaban de la limpieza, le comentó que Tom Langley se iría de Abbot´s Arbory.

- Parece que anoche llegó a casa con un ojo morado y con magulladuras en partes del cuerpo que no quiero mencionar por decoro. Al principio, su madre pensó que había estado envuelto en una pelea, pero él le dijo que uno de los caballos se había puesto nervioso mientras le cepillaba y que le había tirado contra un poste. Luego dijo que tenía planeado trabajar en alguna cuadra de caballos de carreras y que sir James había prometido darle una carta de recomendación para uno de sus amigos que  es entrenador en Newmarkt. ¿ No le parece extraño ?

Se quedó mirando en silencio a Pandora durante un momento y luego prosiguió:

- Su madre comentó que no le había dicho nada sobre aquello, pero es lógico que no lo hiciera. Ella habría tratado de disuadirle ya que es su único hijo. Luego, su padre fue a hablar con sir James y volvió muy contento. Dijo que era ya hora de que el muchacho extendiera las alas.

La mujer dejó escapar una risita estúpida y añadió:

- El asunto quedó arreglado y Tom se irá el viernes. Le aseguro que dejará a una que otra chica llorando de tristeza -aquello lo dijo en voz baja para que el tío Charlie no la oyera-. Creo que hay varias que se sientes atraídas por el muchacho.

Pandora escuchó el relato con sentimientos contradictorios; por una parte le tranquilizaba saber que Tom se iba a ir, pero, por otra, prefería que sus padres no supiesen la verdad porque temía que la culparan a ella.

Al día siguiente, la señora Langley fue a la cocina para utilizar la lavadora porque tenía la suya estropeada, y a juzgar por su conversación, no sabía la verdad del asunto.

Al menos, aquello tranquilizó un poco a Pandora.

Al parecer, James había olvidado su amenaza porque no la mandó llamar. Pandora no le vio en los días siguientes, mientras proseguían los preparativos para el Baile de las Rosas.

Charlie no cesaba de encontrarle ocupaciones y Pandora tuvo que relegar su trabajo diario a un horario más tardío. Conforme pasaban los días, fue sintiendo curiosidad por saber por qué James no le hablaba y, en vez de alejarse al oír sus pasos, se demoraba en sus quehaceres, deseando encontrarle en su alcoba cuando iba a limpiarla.

Sin embargo, el encuentro fue inesperado. Debido a los preparativos para acomodar a los huéspedes que iban a ir a quedarse en la casa, olvidó llevar toallas limpias a la alcoba de sir James. Cogió unas cuantas y corrió escalera arriba antes de que James subiera a cambiarse de ropa para la cena.

James había debido llegar más temprano que de costumbre porque cuando la chica entró sin llamar, él se estaba quitando la chaqueta del traje que se había puesto para la reunión de negocios a la que había asistido en Oxford.

Pandora se quedó en el umbral.

- Lo ... lamento. No creí que estuviese aquí. He traído unas toallas limpias.

Entró rápidamente al baño, las colgó y salió a toda prisa, evitando mirarle de frente al dirigirse a la puerta.

- Dora, ven aquí -murmuró sir James.

Ella se volvió y vio que él la miraba con los párpados entrecerrados.

- ¡ No ... !

El apretó los labios, luego extendió los brazos.

- Por favor, quítamelos -dijo, señalando los gemelos.

Sintiéndose asustada Pandora se acercó y le echó una ojeada.

Apasionada PandoraWhere stories live. Discover now