Capítulo 5

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La tetera de loza, que Charles Richardson tenía en las manos, cayó y se estrelló con gran estruendo contra el suelo de piedra.

Pandora tragó saliva, miró el angustiado rostro de su tío y dio un paso atrás.

- No te vayas -el tono fue imperativo.

La chica titubeó y miró a su tío, que estaba tan petrificado como ella. Se volvió con aire atemorizado y miró a sir James, que llevaba pantalón de montar, una chaqueta color marrón y unas bonitas e impecables botas. Encima de la mesa había una fusta y una gorra de montar de terciopelo también color marrón.

Pandora levantó los ojos hacia aquel rostro, temiendo enfrentarse al estallido de furia de sir James.

Se sorprendió al ver que sonreía burlonamente y la observaba con admiración.

De pronto, la chica recordó que estaba en camisón y que el dobladillo húmedo se le adhería a los pies.

Sir James dejó el tazón encima de la mesa, se puso de pie y se acercó a ella.

- Buenos días, soy James Arbory.

Saltaba a la vista que esperaba que ella le diera su nombre y Pandora recurrió de nuevo a su tío, que desgraciadamente, seguía pasmado.

La muchacha ahogó un murmullo, se encogió de hombros y comprendió que iba a tener que presentarse ella misma.

- Ha venido de Londres, señor -intercaló Charlie.

- Ya me lo imaginaba, te han enviado de la agencia de colocaciones. Ya era hora de que mandaran a alguien para ocupar el puesto que dejó vacante la última sirvienta que tuvimos.

- Sí, señor -afirmó Pandora, tratando de no reírse, mientras el tío Charlie parecía haber perdido la razón.

- No me has dicho tu nombre.

- Se apellida Smith, señor -murmuró el tío antes que Pandora hablara-. Opino que no debe quedarse ni siquiera un mes de prueba. ¡ Una chica que sale al jardín en camisón, y que, de paso, arranca las mejores flores, no le conviene a esta casa ! Me encargaré de que se vaya de inmediato. Ve a tu habitación, muchacha, y prepara tu maleta -ordenó severamente. Pandora se dispuso a salir, pero las palabras de sir James la detuvieron.

- Todo lo contrario, creo que será un cambio agradable tener a alguien que se ha molestado en salir a cortar flores, cuando todavía tienen rocío, es la mejor hora para hacerlo. ¿ Lo sabías, verdad ?

Cogió el ramo para dárselo al mayordomo.

Aparte de la expresión burlona había algo más en el rostro.

Pandora siguió su mirada y notó que tenía mojado el camisón y que sus pechos se marcaban. Enfadada, se movió para que la tela se desprendiera de su piel.

¿ De modo que así era el señor ? Por experiencia sabía lo que aquella mirada significaba.

- Con permiso -murmuro Pandora.

- Espera, no podemos llamarte Smith. ¿ Cuál es tu nombre de pila ?

- Se llama Dora, señor, Dora Smith -contestó Charlie.

Aunque a Pandora no le gustaba que le acortaran el nombre, no protestó.

- Muy bien, Dora Smith de Londres -dijo sir James, sonriendo- bienvenida a Abbot´s Arbory. Será muy interesante tenerte aquí.

Pandora sostuvo la mirada de aquellos ojos grises y se preguntó si el comentario no tendría un doble sentido. De todos modos, le molestó y pensó que sería un placer poder borrarle aquella sonrisa al importante señor Arbory. Entonces, se le ocurrió hacer una travesura.

Apasionada PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora