Capítulo 18

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Sir James volvió a poner en marcha el motor y condujo en silencio. Pandora presentía su enfado, que parecía flotar dentro del coche como si fuese algo tangible. Seguramente había querido estar a solas con su amiga y se había visto obligado a detenerse para recogerla a ella a una hora tan intempestiva.

- Dorothy, ¿ acostumbras pedir que los coches te recojas ? -preguntó Cynthia, volviéndose a medias para mirar a la muchacha.

- Me llamo Dora, y he perdido el autobús -murmuró Pandora, decidida a no permitir que la otra mujer la humillara.

- ¿ No me digas ? Creí que el último autobús salía a medianoche.

- No tengo la menor idea -repuso él secamente.

Pandora levantó la cabeza y vio, por el espejo retrovisor, que sir James estaba bastante molesto. El lo notó y ella desvió la mirada, sintiéndose confusa.

Cynthia se dio cuenta de la mirada que habían intercambiado y no cesó de observar a Pandora con furia contenida.

- Dora, tienes el abrigo lleno de polvo -murmuró Cynthia con dulzura.

Pandora bajó los ojos y vio que las mangas y la parte delantera de su abrigo estaban cubiertos de musgo por haberse subido al árbol. La falda no sólo estaba manchada sino tenía una rasgadura.

- Tropecé y me caí -murmuró.

- ¡ Santo cielo ! -exclamó Cynthia y añadió en tono insinuante-: Más bien parece que has estado retozando en la hierba.  ¿ Has pasado la velada en Broxford ?

- Sí. He ido al cine.

- ¿ No es allí donde hay un cine de películas pornográficas ? -preguntó, poniendo cara de disgusto como si fuese muy casta.

Iba a hacer otro comentario, pero el coche se detuvo delante de una mansión georgiana, que se hallaba un poco apartada de la carretera. Estaban en el límite de Arbory Magna. Así que allí vivía Cynthia Marsden. ¡ Qué conveniente !

- ¿ Te apetece entrar a tomarte una copa, querido ? -inquirió Cynthia, dirigiéndose a sir James-. Tu sirvienta puede ir andando desde aquí.

- Por supuesto que puedo hacerlo.

Pandora quiso abrir la puerta del coche, pero James Arbory le hizo un gesto para que se quedara.

El salió para ayudar a Cynthia. La acompañó hasta la casa y momentos después, se encendió una luz en una de las ventanas.

Pandora se mordisqueó le labio. No sabía si bajarse del coche y recorrer a pie el trecho que faltaba hasta Abbot´s Arbory, le apetecía hacerlo, pero temía enfadar más a sir James. Por otro lado, si Cynthia lograba que él entrara con ella, podría tardar varias horas.

James Arbory la sorprendió, volviendo a los pocos minutos y emprendiendo la marcha de inmediato. Condujo con cuidado por las calles del pueblo adormecido, y al llegar a la colina aceleró para subir la cuesta y dejar atrás las sombras de la noche.

Cuando llegaron a Abbot´s Arbory, tocó el claxon para que les abrieran la verja y no tardaron en llegar a la casa. Detuvo el coche con un chirrido de neumáticos, a causa de la grava. Después, se bajó del automóvil y abrió la puerta a Pandora bruscamente.

- Gracias por traerme -murmuró Pandora saliendo del coche y echando a andar.

Pero sir James la cogió del brazo.

- No, no te irás, quiero hablar contigo.

Agarrándola con fuerza, la empujó suavemente por la escalera y la hizo pasar por las grandes puestos dobles que cerró con el pie. Casi la llevó a rastras por el pasillo hasta que llegaron a la sala. Después de cerrar la puerta, la soltó y le dijo:

Apasionada PandoraWhere stories live. Discover now