Capítulo 16

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Jonathan Thursby fue a buscarla a las once en punto de la mañana siguiente. Venía en una camioneta azul, con una reja de metal entre los asientos de atrás y la cabina.

- Esto es en caso de que alguna vez tenga que transportar tigres a la sala de operaciones -comentó en tono de broma mientras la ayudaba a entrar en el vehículo para que viera la reja-. Primero iremos a ver a Greymist -añadió, cerrando la puerta de la camioneta.

- ¿ Le pasa algo ?

- No, pero quiero examinarla y asegurarme de que todo marcha bien.

Se acercaron a la casilla de la yegua, que relinchó de gusto cuando Pandora le acarició la cabeza.

- Tu toque femenino te ha valido una conquista -dijo Jon-. Te pediría que le sujetases la cabeza mientras la examino, pero el señor Langley se molestaría -añadió, mirando a su alrededor-. Me extraña que haya dejado solos a estos valiosísimos animales. Iré a buscarle.

Se dirigió a la casa del señor Langley y Pandora le dio unos terrones de azúcar a Greymist.

- Eres una belleza, ¿ verdad ? -le susurró a la yegua que agitaba la crin-. Por más altiva que te muestres, sabes que no dejaré de traerte ...

- Dora ...

El corazón le dio un vuelco y se sobresaltó tanto que el caballo se apartó de ella nerviosamente. Pero en cuanto se volvió, la muchacha se sintió tranquila al ver que era Tom Langley.

- ¡ Eres tú ... me has asustado !

- He ido a buscarte a casa y el señor Richardson me ha dicho que era tu día libre y que habías salido. Por como me lo ha dicho, he creído que te habías ido definitivamente. No imaginaba que ibas a venir a buscarme aquí. Hemos debido cruzarnos en el camino.

- No he venido a buscarte, Tom, he venido a ...

Tom se acercó a ella, sonriendo con petulancia.

- Vamos, ¡ sólo has venido a visitar a los caballos ?

- ¿ Por qué no ? Es la verdad.

Durante un momento Tom pareció desconcertado, pero no tardó en volver a surgir su vanidad.

- No es necesario que finjas, no soy de los que piensan que una chica es coqueta cuando provoca a un hombre. En vez de fingir que eres una mojigata, ¿ por qué no dejas que lleguemos a conocernos mejor ?

Pandora le miró con disgusto y se preguntó cómo podía ser tan vanidoso. Le calculaba unos veintidós o veintitrés años, era guapo, a pesar de tener el cabello demasiado largo y grasiento y marcas de viruela en las mejillas. Desde luego, no era culpa suya, pero olía a caballo y no tenía las uñas limpias. Pandora le catalogaba como uno de esos jóvenes engreídos que perseguían a todas las chicas del pueblo.

Por lo visto, esperaba que ella cayera rendida a sus pies con sólo mover el meñique. Sonrió al pensar que de tal amo, tal empleado. ¿ Acaso todos los hombres del condado se consideraban como un regalo del cielo para las chicas ? Ella, desde luego, podría resistir la presencia de aquel joven.

- El señor Thursby está aquí. Ha ido a buscar a tu padre.

- ¿ Para qué lo ha hecho ? Ahora me regañarán por haberme ido de las caballerizas. Gracias por advertírmelo, Dora. En otra ocasión te demostraré mejor mi agradecimiento.

Le guiñó un ojo e intentó darle una palmada en el trasero, pero la chica logró esquivarle.

Cinco minutos después, volvió con Jon y su padre y, a juzgar por la conversación, había mentido para salir del apuro. Volvió a guiñar el ojo triunfalmente, pero Pandora le ignoró para que se diera cuenta de que le era antipático.

Apasionada PandoraDove le storie prendono vita. Scoprilo ora