Capítulo 24- ¡SORPRESA!

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7:20 am

El teléfono de la habitación de hotel comenzó a sonar, muy a su pesar José Manuel se separó y contestó, escuchó atentamente y habló otro poco, avisando que lo esperaran 10 minutos para después colgar y mirar a su esposa.

Ya vino el auto por mi, debo irme mi vida -haciendo una mueca.

Ni modo, el deber llama mi amor, ve, que ya volverás y yo aquí te estaré esperando.

Bueno, pero me tengo que vestir muy rápido -enseguida saca la ropa y hace lo que dijo.

30 minutos después estaba Isabel de nuevo dormida, aún tenia un par de horas más para descansar.

Más tarde, cuando Isabel ya había desayunado, se había bañado y arreglado, salió a dar un paseo por una plaza cercana, ahí se enamoró de varias cosas que no dudó en comprar, todo para su bebé. Así se pasó el resto del día hasta que llegó la hora de volver al hotel.

Eran las 8:30 cuando José Manuel ingresó a la habitación, se sentía cansado pero satisfecho.
Conforme fue entrando iba aumentando el olor a comida, cuando llegó a donde estaba su esposa, se la encontró, frente al televisor, llorando y con bolsas de mil frituras a sus lados.

Mi amor -sorprendido dijo José- ¿que pasa?

Se... Se murió el perrito -sollozando- ¡se murió!

Sonríe acercándose, se sienta a su lado y la abraza- tranquila gordita, es solo una película.

¿Como puedes decir eso José Manuel? Eres un desalmado... Eres, eres... ¡No tienes corazón! -muy enfadada se levanta y va al baño encerrándose.

Pero mi am... -se levantó y acercó a la puerta- mi vida disculpa, es solo que...

¡Dejame en paz! -se escucha que abre el grifo de la regadera y que se mete  cubículo.

José Manuel respira resignado, levanta toda la comida chatarra que había en la recámara, las guarda.
Llama a recepción pide de cenar, se desnuda dejándose solo el bóxer pues se metería a bañar cuando saliera su esposa, se sienta en la cama, se sirve agua y la bebe.

Diez minutos después salia Isabel, con el cabello cubierto por una toalla y una bata sin amarrar, dejando ver claramente que debajo no traía nada más.

Todo tuyo torero -le miraba de una forma incitante ¿a que? A muchas cosas, también se mordió el labio inferior. ¿Quien entendía a esa mujer? Entro al baño enojada y salia seduciéndolo, sino fuera por el embarazo creería que esta loca.

Se levanta- gracias, te iba a invitar a acompañarme pero te adelantaste -mirándola aplicarse crema, de pié frente al tocador, con la pierna arriba del banco- te lo pierdes cariño.

Estoy segura que ya habrá más oportunidades -sonríe sin mirarlo- solo no tardes, tengo hambre -gritó un poco pues lo vio entrar al baño, a diferencia de que el no cerró con seguro.

Ya encargué de cenar, llega en cualquier momento -levanto también la voz mientras se metía a la ducha.

¡Bien! -dijo Isabel

Solo cierra esa maldita bata, si es hombre no le sonrías por favor...

Isabel sonrió negando, era consiente de sus cambios de humor, de cierta forma le gustaba torturar a su esposo, mucho más verlo confundido y tratando de animarla. Lo amaba, no tenia otra conclusión.

9:15 marcaba el reloj de la habitación cuando ambos, en la mesa, en sus trajes más casuales, en bata, cenaban a la luz de las velas y no porque quisieran una cena romántica sino porque la luz en el hotel se había ido, sin saber a que hora volvería, ellos aprovecharon.

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