CAPÍTULO 14 ✓

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Me desperté por los insistentes golpes en la puerta de mi habitación, esa sin duda era mi madre. Así que aún adormilada, dije un "pase" con tono de voz somnoliento, haciendo que se asomara, detrás de ésta, la figura esbelta que aun conservaba mi hermosa madre.

— Hola, cariño. Buen dia. —sonrió y entró. Cerró la puerta detrás de sí.—

Yo bostecé y sonreí al verla tan preciosa como siempre. Con un vestido de mangas tres cuartas, le quedaba por sobre la rodilla y llevaba un pequeño escote en forma lisa en la parte superior de sus clavículas, también, tenía un pequeño corte en el lado derecho de su pierna. El vestido era color blanco, lo que hacía resaltar su pálido color de piel y resaltando sus bellos ojos marron avellana. Hermosa.

— Lamento que te despierte a estas horas, pero venía a decirte que más tarde habrá una cena importante.

— Ah ¿si? ¿A qué se debe tal importante cena?

— Hoy tu padre quiere celebrar el cierre del contrato con el nuevo socio.

— ¿Y por qué esperó a casi cinco semanas después para celebrarlo? ¿por qué no lo hizo a los días después? —inquirí confundida.—

Mi mamá se acercó a la cama y se sentó cerca de mi. Su mano derecha me hacía caricias en mi cabello enredado.

— Al parecer ellos tenían que viajar a Londres al día siguiente para solventar otro trato. Debían estar ahí de forma rápida, si no, no harían nada. Además dijeron que volverían para celebrarlo después. —dijo con una sonrisa de niña traviesa.—

Rodé los ojos y sonreí. Luego tapé mi cara. Ya más o menos sabía a qué se debía esa sonrisa pícara en su rostro.

— Ajá, y por lo que veo, quieres que pase el día contigo para ir de compras y ponernos lindas, ¿no es así? —levanté una ceja, la conocía perfectamente.—

— ¿Qué comes que adivinas? —dijo sonriente.—

— Las galletas muy dulces de chocolate que prepara Sahasha. —me mordí el labio inferior aguantando la risa—

Ella me dió un leve golpecito en mi frente con sus dedos y sonrió igual.

— Mamá, no necesito comer para adivinar, te conozco como la palma de mi mano.

Sonrió y guiñó un ojo. — Eso es bueno saberlo. Bueno, te dejo para que te arregles y nos vayamos al centro comercial, ¿ok?

— De acuerdo, no tardaré mucho.

Se levantó de la cama y arregló un poco su vestido, pues se le había subido un poco. Luego caminó hacia la salida.

— Eso espero, sino, le digo a Josh para que venga por ti. —soltó una leve carcajada y salió rápido de mi habitación— 

"Así que, ya sabemos quién es la causante de que esos dos mocosos nos despierten con agua fría, ¿No?."

"Si, efectivamente es tu madre y la misma mía."

Con esos pensamientos absurdos, pero certeros, me levanté de la cama y caminé hacia el baño, entré e hice mi rutina de siempre. Al salir del baño fui hasta mi armario y saqué unos shorts negros y una linda camisa blanca con encajes junto a unas Vans rosadas, agarré mi celular y bajé en busca de mi madre para irnos al centro comercial a buscar "un vestido perfecto" para la cena de esta noche, salimos de la casa y nos subimos a una de las camionetas negras que nos suele llevar omo transporte.

LA SIRVIENTA DE LOS GEMELOS STYLESWhere stories live. Discover now