CAPITULO 21 ✓

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Oí el ruido de una campanilla, el sonido era tan fastidioso, que me hizo quejar. Abrí los ojos con lentitud y miré hacia la puerta, ahí justo frente a ésta, había una sombra. Asustada, me senté de golpe en la cama y tallé mis ojos para mirar bien y detallar mejor aquella sombra extraña.

— ¿Zayn? ¿Eres tú?

— ¡Buen día, dormilona! —habló con entusiasmo fingido—

— Diablos, Zayn. Creí que eras un algo feo.

— ¿Un qué?

— Nada, nada. —suspiré— ¿Qué hora es? —tallé mis ojos por segunda vez y bostecé—

— Las seis con treinta minutos de la mañana.

— ¡¿Qué?! ¡¿Las seis?! ¡¿Por qué?!

Se encogió de hombros y sonrió. — ¡Ahmm! Quería despertarte temprano.

— Menudo idiota. —susurré y me acosté de nuevo, tapándome con las sábanas y los edredones. Lo oí reírse—

— Es mentira, son las ocho y media.

Me desarropé y bufé.

— Claro, debí suponerlo. —me senté en la cama y lo miré— ¿Qué sucede?

— Nada en particular, mis padres nos están esperando para desayunar, así que mueve tu bello trasero y arreglate. Después iremos a pasear un rato, otra vez.

— Vale, en un momento bajo.

Él solo asintió y salíó de mi recamara, me tumbé de espalda soltando un suspiro de fastidio y, segundos después, me levanté y caminé hasta el cuarto de baño.

Después de ducharme y arreglarme, bajé hasta el comedor, y en el camino hacia allí, me encontré a Waliyha. Íbamos hablando de cosas tontas, al llegar, estaban todos esperando por nosotras, nos sentamos y comenzamos a disfrutar del delicioso aperitivo de la mañana.

( • • • )

Después del desayuno, las hermanas de Zayn y yo fuimos directo al patio para conversar sobre cosas en particular. Las chicas eran increíbles y simpáticas. Me contaban de una vez que fueron a un campamento donde habían hecho miles de locuras, por lo que Zayn terminó siendo partícipe de uno de sus tantos "juegos". Ellas le hicieron una broma a su hermano mayor, habían colocado en el shampoo una mezcla de pegamento blanco con tinte azul claro, le rayaron la cara y le colocaron espuma de rasurar como bigote, dicen que se molestó al grado de "ogro" y que las correteó por todo el lugar. A final de todo, los castigaron a los tres; a ellas por hacerle una broma tan mala y a él por empujarlas a un lago.

— No lo puedo creer. —dije entre risas— Eso fue muy cruel, ¿de verdad lo hizo?

— Si, recuerdo que cuando llegamos del campamento, mamá nos mantuvo castigados durante un buen tiempo.

Comentó Zafaa, su hermana menor, con cierto tono de gracia en su voz. Pese al castigo que recibieron, igual le sienta chistoso recordarlo.

— ¿A Zayn también?

— Él duro más tiempo castigado por empujarnos y dejarnos sin ropa a orillas del lago.

— Por su culpa nos dió neumonía a ambas, por eso mamá lo dejó castigado. —agregó Waliyha—

— Con razón. —me reí—

— Oye, Melissa.

Oí la voz de Zayn detrás de mi, giré mi cabeza y lo vi recostado de la puerta de cristal que da hacía acá, el patio.

LA SIRVIENTA DE LOS GEMELOS STYLESWhere stories live. Discover now