Nada dura para siempre

Capítulo 9

Scott está en completo silencio mientras estamos en camino al hotel donde se hospeda Dean. A veces puedo sentirlo mirándome, pero lo ignoro completamente, tengo mi vista fija en el camino, concentrada en no mirarlo o no pensar en todo lo que está ocurriendo. Me siento agotada física y mentalmente. Quisiera bajarme de este auto, renunciar e irme a casa. Pero mientras más lo pienso menos justo se hace. No puedo hacerle esto a V. Ella no tiene la culpa de que su estúpida y insulsa prima se haya acostado con su jefe. ¿Dios... porque no pensé en todo lo que implicaba antes de hacerlo? Fui descuidada e irresponsable. Y ahora tendría que pagar las consecuencias.

Me detengo frente al hotel donde Dean se hospeda, tomó mi cartera de la parte trasera antes de bajarme. Scott ya se encuentra en la puerta del vestíbulo esperándome con su máscara pública de amabilidad y alegría puesta, le entregó las llaves del auto al valet y me acerco a mi jefe.

-Si quieres puedes ir de compras mientras hablo con Dean- me dice en tono bajo mientras entramos al hotel.

- No es necesario gracias, ya iré después- le respondo sin mirarlo, escucho como suelta un gruñido, no le gusta mi respuesta. Uno de los empleados del hotel nos está esperando en el ascensor vacío para escoltarnos a la habitación de Dean.

-No se preocupe sabemos cómo llegar- le dice Scott antes de darle un par de palmadas en la espalda y empujarlo fuera del ascensor. Me quedo viendo la espalda del botones desaparecer mientras las puertas se cierran. Respiro profundo, tratando parecer tranquila y profesional para la reunión con Dean.

- No creíste sinceramente que me quedaría tranquilo después de que piensas que esto se acabó- me dice mientras se acerca a mí -me prometiste darnos una oportunidad- me acusa, yo intento alejarme de él todo lo que me permite este ascensor.

-Hay cámaras aquí- le digo, intentando frenarlo. Pero él me sonríe burlonamente, mostrando sus hoyuelos y me dirige esa mirada. ¡Dios su mirada!

-Que se jodan las estúpidas cámaras Lina, esto es sobre tú y yo- intento escapar de él, pero me acorrala contra una de las esquinas.

-No hagas esto- le pido - sabes que lo que estamos haciendo está mal, tú tienes una esposa a la que amas y yo.... - me interrumpe colocando sus manos sobre cada una de mis mejillas, obligándome a mirarlo.

- Detente.... Te explique Lina, entre Kendall y yo las cosas son distintas, nada es lo que te imaginas- intento apartarme, pero él no me lo permite –Mírame Lina- yo niego con la cabeza, no, él sabe el efecto que sus ojos tienen en mí, que él tiene en mí, lo empujo lo más fuerte que puedo lejos de mí. Él se tambalea hacia atrás mientras la puerta del ascensor se abre. Aprovecho para salir atropelladamente de ahí, empiezo a buscar el número de habitación en el que se encuentra Dean, huyendo de Scott, del que puedo escuchar sus pasos tras de mi intentando alcanzarme- Lina- me llama.

-Por favor Scott basta- le pido, mientras toco la puerta de la habitación de Dean, Scott se para junto a mí mientras la puerta se abre. Antes de que pueda decir más, la puerta se abre.

-Chicos pasen- nos recibe Dean, entro en su habitación tan rápido que tropiezo, Scott me toma de la cintura ayudándome a estabilizarme –Espérenme aquí- nos dice señalando una pequeña sala- iré a la habitación por la laptop- y se marcha dejándome con Scott sola de nuevo.

-Cuando salgamos de aquí vamos a ir directo a mi casa- yo lo ignoro, sentándome en uno de los sofás individuales- ¿me escuchaste? – yo finjo que no lo escucho, mientras saco el iPad de mi cartera. Pero antes de que pueda siquiera desbloquearlo me lo arrebata de las manos –¿sabes porque Dean contrato a tu prima para mí? - me pregunta, su tono de voz es distinto... amenazante –porque era la perfecta candidata para ocupar ese puesto, te imaginas lo que pasara si le cuento lo que paso entre nosotros- se arrodilla frente a mí, mientras yo salto en el asiento, lo miro, no puede estar hablando enserio. Pero la mirada determinada que me da me dice que no está bromeando. Trago duro mientras un nudo se instala en mi garganta y la realización de sus palabras llega a mí.