Capítulo 4

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¡Estoy cansada! Estas últimas semanas han sido una locura, casi no puedo recordar lo que se sentía dormir ocho horas seguidas. Extraño mi antigua vida.

Aunque siempre he sido más de las que toman tés, empiezo a entender la razón por la que Scott bebe tanto café. En las últimas semanas el café ha sido el único que me ha ayudado a mantenerme despierta y a poder seguirle el paso a la loca agenda de mi jefe. Aunque estoy pensando dejarlo y reemplazarlo con Guayusa.

Este día no fue pesado como los demás, Scott solo asistió a una entrevista en un programa matutino, una reunión con su representante y el resto del día me lo dio libre, quisiera poder decir que recupere unas cuantas horas de sueño, pero la realidad es que mis horas libres tenían una razón: la gala benéfica de la fundación. Scott me hizo contratar a un par de estilistas para que me arreglaran para el evento, las seis horas más largas de mi vida, aunque he de admitir que mientras me arreglaban las uñas he dormitado. Nunca he sido buena en esto de arreglarme así que aprecie la ayuda, sobre todo después de que me entere que era una gala benéfica bastante elegante.

Desde el día de nuestra discusión Scott ha sido frío, solo me habla para darme órdenes, algunas veces lo he atrapado mirándome y algunas veces yo no he podido evitar fijarme en detalles de él, como en sus hoyuelos que tanto me gustan. Debería alegrarme, lo sé, se ha mantenido alejado de mi como quería, pero no lo siento así, siento que estamos jugando a algo, que no logro comprender. Es una estupidez. Talvez solo me estoy imaginando cosas, pero algo me dice que no es así.

Estuve esperando que me dijera que al final prefería que no lo acompañará a la gala, pero no sucedió, así que aquí estoy casi lista para la gran noche. Miro el vestido en la cama, negro estilo sirena, hermoso, el problema es que no estoy acostumbrada a usar este tipo de ropa, lo mío es la ropa cómoda, y las zapatillas altas que van con este vestido no son para nada cómodas.

Suspiró frustrada para dirigirme por décima vez al espejo, no puedo evitar mirarme otra vez, me siento insegura. Mi cabello esta semi recogido y el maquillaje bastante sencillo, llevaba un corsé color negro y unas bragas a juego, que me había regalado Virginia en mi cumpleaños y nunca me había puesto. Con los zapatos altos incluso parecía una modelo, me río de mi misma, debo ser realista las modelos actuales jamás tendrían copas 36D y mucho menos el cuerpo voluminoso que poseo.

Ya podía a imaginar a las mujeres que asistirían a la gala, todas altas y esbeltas, ¿qué demonios haría yo entre ellas? Cada vez entendía menos porque Scott querría que yo lo acompañe. Él podría ir perfectamente solo.

Mire el reloj aún faltaba media hora para que Scott pasará por mí. Decidí no torturarme más, no necesitaba esto, había terminado con ese pensamiento en el colegio, no necesitaba volver a pasar por lo mismo, no era tan delgada como ellas, pero tampoco era fea. Fin del asunto. Cada quien tenía lo suyo.

Me encamine al cuarto de V necesitaba una pequeña cartera, para llevar mi celular y el lápiz labial. Rebusque en todos los rincones antes de encontrar uno que hiciera juego con el vestido, revise el reloj de nuevo faltaban solo quince minutos, era la hora del vestido.

Ya en el vestido me mire en el espejo, era increíble lo que un buen vestido podía hacer, me sentía bonita, bueno a mi manera, pero me gustaba. No podía recordar la última vez que me sentí bonita. El timbre sonó y fui a abrir tan rápido como mi vestido lo permitía.

Scott estaba parado en el pasillo, supuse enviaría un mensaje, pero no, él llevaba un smoking y se veía magnifico, tanto que no pude detenerme de mirarlo de pies a cabeza, perfecto. El carraspeo.

- ¿Entonces pase la inspección? tú la pasas totalmente- bromeo con voz ronca y una sonrisa lobuna adornando su rostro. Yo enrojecí. Ahí estaba esa mirada de nuevo.

Nada dura para siempreWhere stories live. Discover now