Capítulo 6

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Me remuevo incomoda, empiezo a moverme intentando quitarme el edredón de encima, me siento sofocada.

-No te muevas tanto- escucho quejarse a alguien a mi lado, mientras el peso que tenía sobre mí se aparta, por un momento me siento consternada y de repente toda la noche pasada viene a mi mente, recordando perfectamente dónde y con quien estoy.

Abro los ojos lentamente intentando enfocar mi visión, frente a mi esta Scott acostado sobre su espalda, con el edredón tapando de su cintura hacia abajo, el torso descubierto, su brazo cubriendo su cara, Y no sé qué hacer. ¿Qué digo? Nunca había hecho algo como esto antes ¿Simplemente me levanto? Espero silenciosamente. Pero el parece haberse dormido de nuevo, su respiración es suave. Tal vez solo debería vestirme e irme. ¿Y luego qué? Voy a casa me baño y trabajo para él, como si nada hubiese ocurrido. ¿Realmente puedo hacer eso? Ayer me había parecido que, si podría, pero hoy...

Antes de que siquiera pueda tomar una decisión, el cuerpo de Scott cubre el mío, su rostro escondido en mi cuello.

-Deja de pensar tanto, te has puesto tensa- susurra adormilado, su aliento calienta mi cuello. Me quedo quieta debajo el, puedo sentir su cuerpo totalmente desnudo contra el mío, su aliento sigue contra mi cuello, calor recorre mi cuerpo, me estremezco involuntariamente, es entonces cuando sus labios se mueven por mi clavícula, yo gimo, no puedo evitarlo, nunca había sentido esto antes y es adictivo, no sé qué tiene Scott, que no parezco capaz de pensar con claridad cuando me toca, es como si una bruma se posara sobre mí, como si solo existiéramos los dos.

- ¿Quieres repetirlo? - pregunta, sus labios moviéndose por mi cuello, hacia mi rostro- ¿Quieres? - repite sobre mis labios, asiento antes de besarlo, mis manos entre su cabello, atrayéndolo hacia mí. Y lo sé. Sé que esto está mal, pero no puedo evitarlo.

Dos horas después estamos en la cocina, Scott se mueve de un lado a otro preparando pancakes, yo intento concentrarme en mi misión de picar fruta, pero me es casi imposible, Scott cada vez que puede está rozándome, tocándome, me siento abrumada. Incluso estoy llevando solo su camisa, sin nada debajo debido a su insistencia, y aun no puedo creer que yo aceptara, no cuando mi trasero en esta camisa está cubierto apenas lo necesario, odio mi trasero, aunque V diga que muchas lo envidiarían, yo lo odio, lo odio porque era la razón por la que los chicos en el colegio eran crueles conmigo, la razón por la que ellos me atacaban.

-Lina- me llama, sacándome de mis pensamientos, la única persona que me llamaba Lina era papá – que ocurre, de repente te quedaste congelada- dice Scott, envolviendo sus manos en mi cintura, su torso contra mi espalda. Empiezo a negar, pero él me gira en sus brazos – Lina sé que esta situación no te gusta- ha mal interpretado mi silencio- lo intente, intente no acercarme a ti, pero no lo logre, realmente me atraes y no importa cómo, eres mía ahora, ¿lo entiendes? - me pregunta su voz es demandante y suave a la vez, sus manos van bajando por mi espalda, lo miro, intentando descifrar que quiere decir.

Lo he visto, se perfectamente como es el, y me he acostado con el sabiendo que probablemente este sea el fin de su juego conmigo. Sin embargo, ahora dice que soy suya.

-Yo...- empiezo a decir, pero él me interrumpe sellando mis labios con los suyos. Sus besos son posesivos, como intentando demostrar algo. Cuando nos separamos ambos estamos sin aliento.

-Eres mía, ¿lo entiendes? - gruñe, mirándome, asiento sin poder formular un pensamiento coherente. Él sonríe satisfecho, antes de pellizcar mi trasero y apartarse de mí, no sin antes depositar un beso corto en mis labios - Ven desayunemos- dice tomando, el bol donde puse las frutas que había alcanzado a picar. Salimos a la terraza una piscina y vista maravillosa nos recibió, esto es precioso.

Nos acomodamos en una mesa junto a la piscina, empezamos a comer tranquilamente, esto se sentía bien, me sentía cómoda con él, hablar con él no era tan incómodo, el me pregunto sobre mi vida, le dije acerca de mis padres y como ambos murieron en el viaje de su aniversario, y él me conto acerca de cómo se hizo actor, su primer casting, empezó a bromear y reír. Para mí era como ver por primera vez a Scott, su risa era contagiosa y su sonrisa la verdadera, era increíble. El me mostro su casa, es increíble, no era una mansión, pero era bastante grande 3 dormitorios, sala, comedor, cocina, piscina y un cómodo lugar de descanso con vista a la ciudad. Scott lo llamaba su refugio y mientras me mostraba todo sobre la casa me empezaba preguntar si esto era una buena idea, el Scott al que estaba acostumbrada era un hombre por el que mi cuerpo estaba interesado, y creía poco probable poder enamorarme, pero este hombre, el que reía y bromeaba hacia a mi corazón acelerarse, y era peligroso para mí.

-Bien ahora que hemos visto todo aquí abajo, quiero que veas algo- me empujó hacia las estrechas escaleras en forma de caracol- primero las damas- dijo caballerosamente inclinándose a mi paso, una sonrisa de medio lado se instaló en su rostro. Empecé a subir -Había pensado cambiar estas escaleras, pero empiezo a ver sus beneficios- su voz ronca, lo miré detrás de mí, su mirada estaba fija en mi trasero –Vamos nena sube- pidió, yo obedecí, avergonzada.

La vista de un dormitorio me recibió, una cama incluso más grande que la del primer piso estaba en el centro del cuarto, unas ventanas gigantes iluminaban la habitación.

-¿Te gusta? - pregunto, yo asentí- espera a ver el baño- me tomo de la mano halándome hacia la única puerta en la habitación, una ducha, una tina y dos lavabos. Admire todo con detenimiento, la casa estaba decorada con madera. Era perfecta para Scott, lo podía ver viviendo aquí. Di vuelta para decirle lo increíble que era su lugar, pero lo que vi me quito la respiración, Scott estaba desnudo frente a mí.

-Había pensado que ya que estamos aquí...- dice sonriendo mientras se acerca a mí.

-Parece buena idea- respondí, el me alcanzo y empezó a desabrochar la camisa. Su miembro estaba duro apuntando hacia mí, llamando mi atención, envolví mi mano en el con curiosidad, un gruñido profundo salió de su garganta –Yo podría...- empecé a decir, pero me detuve.

-¿Tu podrías? - pregunto, empujando la camisa fuera de mis hombros y dejándola caer en el piso, mi mano aún se movía en su erección. Su respiración se entrecorto cuando envolví mi mano en la cresta – dímelo Lina- pidió, casi gruñendo. El calor entre mis piernas aumento viéndolo. Y una ráfaga de valentía me invadió.

-¿Yo podría ... uhm... ponerlo en mi boca? - pregunte, el trago ruidosamente.

-¿Malditamente me estas preguntando si puedes meter mi polla en tu boca? - pregunto de vuelta, una sonrisa de burla se posó en sus labios, enrojecí, estaba segura de que diría que no, era más que obvio que yo no tenía experiencia en eso, aunque me habían pasado cosas en las que prefería no pensar, eso no contaba en este momento sentía mucha curiosidad y ganas de intentarlo, asentí- ¡Dios nena! Debe ser una broma, claro que puedes- respondió, yo sonreí, y me arrodille frente a el –Envuelve tus dientes con tus labios- me instruyo. Obedecí, metiéndolo en mi boca, el soltó un gruñido que llego directo a mi centro, V siempre hablaba del poder que sentías cuando le hacías esto a un hombre, ella tenía razón, era increíblemente placentero, ver cómo le afectaba mis movimientos suaves al principio, metiendo solo la punta en mi boca, pero mientras los gruñidos de Scott aumentaban, tome confianza y lo lleve más profundo en mi garganta –¡Lina! ¡Maldición! - dijo, y antes de que pudiera detenerlo se apartó, justo cuando grandes chorros de semen salieron de su miembro cayendo sobre mis pechos.

-¿Lo hice bien? - pregunté con un vestigio de burla, el rio, levantándome del piso, sus manos, fueron a mis senos esparciendo el semen en ellos.

-Fue malditamente increíble- dijo, yo sonreí, Scott tenía el poder para hacerme sentir confiada, era el único que no me hacía sentir avergonzada de mi cuerpo. El me acerco a su cuerpo –Ahora si necesitas una ducha- sonrió besando mis labios con avidez y los hoyuelos que me volvían loca aparecieron.

Nada dura para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora