Final.

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Hablar con mis padres era algo que sinceramente me daba un poco de miedo, el día de la boda lo único que tenía en mente era ir con Shownu -ese día no tuve la oportunidad mas por miedo que por otra cosa, y con Shownu todo era tan perfecto que preferí quedarme con él-; como lo pensaba, el pelinegro estaba fuera del salón, dentro del auto. Luego de posponer mi charla con mis padres dos días -creo que no hace falta decir que Shownu y yo parecíamos recién casados-, reuní valor suficiente y fui a mi hogar.
Toqué la puerta con las manos temblorosas, me mentalicé para la respuesta fría por parte de ellos, pero cuando mi madre abrió la puerta me sonrió cálidamente. Pasé quitándome los zapatos, reuní a los dos en la parte donde estaban las flores que cultivaba mi madre y nos sentamos en la mesa con la sombrilla ocultándonos de los rayos del sol, pensé que si Kuyng lo había aceptado ellos también debían hacerlo pues esa era mi felicidad.

-Es hora de decirles la verdad -los miré por unos segundos a ambos. Mi madre tomó mi mano entre la suya, quizá en su mente creía que cualquier otra cosa había causado mi separación de más de cinco años y jamás pensó en mi pasado.
-Lo estábamos esperando -dijo ella con la mirada comprensiva.
Antes de decir algo me pregunté si esa mirada seguiría luego de escucharme.
-Bien, la verdad es que yo no quiero a Kuyng, al menos no como para casarnos. ¡Ni quiera como novios! -me corregí, las cejas de mi padre casi se unieron debido a su ceño fruncido-. La única persona con la que quiero estar es Son Hyung Woo.

Bastaron dos segundos para que el rostro de mi madre perdiera todo color y fuese pálido, incluso su mano se sentía fría luego de ser tan cálida; mi padre tenía los ojos abiertos de par en par mientras incrédulo me miraba, los dos recordaban a la perfección ese nombre a pesar de haberlo escuchado sólo un par de veces, yo estaba tan seguro de ello que podría apostar todo lo que tenía a que era así. Insistentemente la cabeza de mi madre se movió de un lado a otro, rápidamente apartó su mano de mí para tocar su pecho.
En ese instante temí por que le diese un infarto a la mujer que me dio la vida, yo estaba asustado y no sabía qué hacer, luego de creer estar preparado para decir una noticia como esa a mis padres. Veía los labios de mi madre moverse tratando de decir algo, ni siquiera podía articular una palabra simple. Bueno, en realidad yo estaba preparado, pero ellos definitivamente no.

-Im ChangKyun, esto es una broma de mal gusto -habló mi padre al otro lado de la pequeña mesa. Su voz autoritaria hizo todos los vellos de mi cuerpo erizarse.
-Lo siento, padre, pero es la verdad.
Y después de decir eso el señor Im regresó a la casa, dejándonos solos a mi madre y a mí, estaba más que claro que no lo aceptaban, y no es que no me importase, por supuesto que me importaba, pero a mi edad debía tomar decisiones por mí. Y aunque les doliera y los decepcionara dejar ir a Shownu no era una opción.

***

El orfanato ni siquiera iba a la mitad de su creación, aún nos faltaba mucho por hacer. Afortunadamente las monjas y el padre Kang no presionaban como algunos clientes anteriores ya que sabían que una construcción no se hacía de la noche a la mañana. Ese día, a las tres de la tarde Shownu llegó por mí en su auto, sonreí cuando lo vi acercarse.
-¿Quién es él? -cuestionó NamJoon a mi lado-. ¡Oh!
Con la palma de mi mano en la boca de NamJoon evité que dijera algo, no quería que todos se enteraran quién estaba ahí. Con el paso de los años las personas "olvidaron" a Shownu como el asesino de Seúl, sobretodo porque se suponía que estaba en la prisión y cumpliría su condena al pie de la letra. En lo personal era la primera vez que alguien lo reconocía.

-Vamos, tengo algo preparado para ti.
El pelinegro extendió su mano importándole poco que NamJoon nos estaba viendo, giré mi cabeza y guiñé en dirección a NamJoon, luego coloqué mi dedo índice en mis labios, él asintió sin estar muy convencido.
Al tomar la mano de Shownu corrimos a su auto como niños pequeños, me sentía bien a su lado, así pereciéramos locos. Después de un largo tiempo conduciendo llegamos a la playa de Dadaepo, a un lugar alejado de las demás personas; al bajar, Shownu tomó de la cajuela un cesto y una manta de color verde sin cuadros o dibujos estampados. Entrelazó sus dedos con los míos hasta llegar a la arena y sentarnos en la manta, del cesto sacó alimentos ligeros al igual que agua. Íbamos a tener un picnic.

You again [ShowKyun].Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum