You again [ShowKyun].

Champaña.

ChangKyun.

Tres semanas después.

Llegué al lugar donde HyungWon y WonHo darían la fiesta antes de la boda, hicieron esa reunión más para los reporteros y personas interesadas en ellos. Sonreí a Kuyng diciendo que iría donde estaban HyungWon y MinHyuk, el más alto se veía seguro y para nada nervioso pero nos confesó que en el fondo comenzaba a sentir la presión de la boda. Y yo no estaba mejor que él.
Los preparativos de mi boda me tenían estresado a pesar de que yo prácticamente era como una marioneta de Mei Ling, y a pesar que estábamos empezando con ellos mi entusiasmo –el poco que tenía– no era tanto como el de ella, no podía fingir demasiado algo. Pero hacía lo que podía.

Un mesero me ofreció una copa de la burbujeante champaña que traía en una bandeja redonda, la acepté con una sonrisa para después prestarle atención a la plática que estaban teniendo MinHyuk y HyungWon, bebí la mitad de la champaña escuchando felicitaciones de algunas personas que pasaban por nuestro lado. Unas mesas más allá observé a Kuyng, su sonrisa se extendió al escuchar algo que dijo KiHyun a su lado, bebí la otra mitad mirando absolutamente todo del rubio, sus manos, sus brazos, sus facciones; todo en él era perfecto. Sin embargo en aquel momento parecía no llenarme por completo, parecía que él era mi esperanza para salir de aquel horrible pozo. Y sí, quizá lo era.
Tomé otra copa cuando ganas de salir corriendo a tomar aire fresco se apoderaron de mi cuerpo, en esa ocasión bebí todo en tan sólo un par de segundos. Al tomarme una cuarta copa poco me importaba lo que MinHyuk y HyungWon estuviesen hablando, poco me importaba mi compromiso y poco me importaba Kuyng. El mesero, que por cierto descubrí coqueteaba con la señora Seo Joo Hyun (una mujer de cuarenta y cuatro años con ojos y caderas grandes, que era mentora de MinHyuk y HuyngWon), llegaba a mí y sin siquiera preguntarme dejaba una copa llena en mis manos, en alguna parte de la noche musitó que el mal de amores era el peor. No le presté atención y fui a sentarme junto a mi prometido cuando el peliblanco y el más alto de mis amigos se dieron cuenta que me tambaleaba un poco.

—¿Cuánto has tomado? —cuestionó Kuyng luego de escuchar a MinHyuk decirle que no me dejase tomar más.
—No mucho, aún no estoy ebrio.
El rubio ladeó la cabeza, yo no me sentía ebrio para nada, de hecho estaba en prefecto estado. No tenía los síntomas de la embriaguez.
—¿Ese es tu propósito?
Pensé, no era mi propósito como tal. Negué con la cabeza y pude divisar al mesero acercarse a mí.
La mano de Kuyng rápidamente apartó la copa delgada, explicándole al chico que era suficiente. Que no quería más. Miré mal a Kuyng porque yo sí quería más.
—Sé lo que hago —dije poniéndome de pie y llevándome al mesero y la bandeja a la terraza. En realidad el último piso era donde estábamos, así nos tardamos segundos en abrir la puerta y subir las escaleras pequeñas.

Afortunadamente el chico maniobró como pudo y salvó las diez copas de champaña que quedaban, por supuesto se derramaron algunas gotas pero no demasiado.
—Señor...
Giré la cabeza al escucharlo, no me di cuenta pero yo había caminado al borde, donde había una barandilla decorada con luces que cambiaban de color.
—Im, mi apellido es Im.
—Señor Im, no quiero ser grosero, pero me matarán si se enteran que estoy aquí.
Giré por completo mi cuerpo y caminé hacia el mesero, asentí y antes de que se fuese tomé la charola dejándola en el suelo. El mesero se fue.

Inhalé profundamente llenando mis pulmones de aire, ni siquiera habían comenzado lo más estresante de los preparativos y ya me sentía fastidiado. Antes del regreso de Shownu yo hubiese estado encantado, pero el pelinegro quitó con su simple presencia la venda de mis ojos.

***

Reí abiertamente sin descaro cuando la señora Seo Joo Hyun resbaló y cayó, sus ojos furiosos me fulminaron, sin embargo eso no fue un impedimento para que de mi boca dejaran de salir sonoras carcajadas. El sonrojo en las mejillas de Kuyng se hizo presente cuando pasamos a su lado, también se disculpó por mí.
—No deberían dejarlo beber si será así —dijo ella con el rostro más enrojecido que el de Kuyng.
—Definitivamente. Perdón, señora Seo.
El mesero no tardó en ayudarla, en cuanto a nosotros seguimos caminando a los autos, mi risa, a pesar que ya no era tan estruendosa, seguía viva con cualquier excusa. No quería ir a dormir a las once de la noche, mi cuerpo aún estaba de pie y yo comenzaba a sentir el calor del alcohol.

Le dije a Kuyng que quería ir a algún bar pero él decía que estaba lo suficientemente borracho como para beber más, hice un puchero tratando de alejarme de él, pero sus manos me agarraron con fuerza y me subieron al auto. MinHyuk se despidió con la mano para después irse con JooHeon, KiHyun estaba hablando con un chico que se veía cool ya que tenía tatuajes y una motocicleta, yo no tuve otra opción que no fuese ir al departamento a dormir.
A la mañana siguiente mi cabeza dolía tanto que pensé que en cualquier momento estallaría, me sentí mareado cuando me puse de pie ya que no sólo me dolía la cabeza, sino que también mi vejiga estaba demasiado llena para soportar al menos cinco minutos más. Al salir pude observar la cama del lado derecho estaba vacío, sin colocarme el pantalón bajé a la cocina, encontrándome a Kuyng de espaldas mientras cocinaba algo. Aunque pregunté sobre los sucesos de la noche anterior –al menos hasta que perdí la cuenta de las copas de champaña que tomé– no quería en realidad saber lo que pasó, nunca había tomado demasiado así que estar en ese grado de embriaguez  fue algo nuevo para mí.

—Insultaste a todos cuando ya no te dejé beber más, regañaron al mesero cuando prácticamente lo obligaste a sentarse en nuestra mesa, y te burlaste de la mentora de los chicos cuando por accidente cayó.
Mis manos taparon mi boca semiabierta, había sido maleducado y tenía una resaca increíble. Tomé la decisión de disculparme personalmente con la señora Seo Joo Hyun y con el mesero, pero primero debía tomar un gran vaso con agua fría.

A la historia no le falta mucho por terminar.