You again [ShowKyun].

Secreto revelado.

ChangKyun.

Me quedé, dormí con él, desperté abrazándolo, y me fui sin decir absolutamente nada. Al principio estaba dispuesto a irme, pero no tuve suficiente fuerza de voluntad cuando lo escuché tener una pesadilla. Quise quedarme.
A decir verdad pensé en el secuestro al escucharlo balbucear, no temía por mí sino por él ya que si volvía a secuestrarme o a secuestrar a alguien más, esta vez no saldría de la prisión tan fácil. No quería verlo con ese horroroso traje naranja y esas esposas.

Escuché a Kuyng decirme cuán preocupado estaba, incluso estaba fumando y no durmió, reí por bajo al saber eso; mi novio no había pegado un ojo en toda la noche y yo abrazando a Shownu.
—Por favor —dijo el rubio tomando mi mano—, no vuelvas a hacerlo. O al menos no olvides tu celular.
Asentí para después besarlo, sí, mi corazón se aceleraba un poco, pero no era suficiente para compararlo con los latidos que Shownu causaba en mí.
Los fines de semana tenía el día libre, así que me la pasaba revisando cosas de la empresa, generalmente eran trabajos que me interesaban y leía también algunos proyectos en los cuales me querían contratar, me puse la pijama a las seis de la tarde y encendí mi computadora portátil.
—¿Qué estás haciendo ahí?
Giré mi vista al cuarto de baño, Kuyng estaba desnudo mientras se secaba el cabello, lo miré extrañado.
—Veré algunos proyectos, ya casi está listo el hospital y necesito...
—¿Ahora? El desfile de MinHyuk y HyungWon será en dos horas y no llegaremos a tiempo.
Miré la fecha en la pantalla, MinHyuk y HyungWon presentarían su nueva linea de ropa para el verano y yo no lo recordaba, suspiré apagando la computadora. Debía hablar con MinHyuk, por lo tanto debía llegar lo suficientemente temprano para tener tiempo con él.
Me bañe, me arreglé y conduje en un tiempo récord, cuando llegué fui directo al camerino de MinHyuk; se estaba maquillando frente a un espejo con focos blancos alrededor, su cabello y su ropa estaban impecables como siempre. Se veía elegante incluso si tuviese un costal de papas; cuando se dio cuenta de mi presciencia me sonrió tímido.
—Creí que no vendrías —habló colocándose delineador en los ojos. Su voz se escuchaba por lo bajo, eso hacía cuando estaba triste o decepcionado.
—¿Por qué pensaste eso?
Caminé mirando la ropa colgada a un lado del espejo, MinHyuk dejó el pincel y me miró por el reflejo, sus ojos estaban comenzando a cristalizarse, él odiaba que el maquillaje se le corriera.
—¡Perdón! Creí que sería mejor no decírtelo, fui muy estúpido, lo sé —agachó la cabeza mordiendo su labio—. Entiendo que estés enojado conmigo.
A decir verdad me sentí mal al principio, de camino al departamento tuve mucho tiempo para pensar en MinHyuk, me había ocultado algo importante, pero lo hizo para protegerme de alguna manera, ¿cierto? Mi mejor amigo no haría nada para dañarme. Y no era como si fuese el único en ocultar algo, yo aún no le decía que durante el secuestro me había enamorado de Shownu.

Lo abracé con fuerza.
—No estoy enojado, sólo me sorprendió un poco, eso es todo.
Limpie una lágrima que bajaba rápidamente por la mejilla de MinHyuk y después metí mis manos a las bolsas del pantalón de vestir. Me miré en el espejo comprobando que mi corbata estuviese en su lugar.
—No eres el único con un secreto —dije evitando mirar al peliblanco.
Un chillido se escuchó por parte de MinHyuk, su rostro ahora tenía una expresión de curiosidad, sus ojos me examinaban completamente.
—¿Qué tienes para decir?
El ambiente cambió radicalmente, era la primera vez que sentía ese cambio con MinHyuk.
—Yo... me enamoré de mi secuestrador.
No me giré para ver su expresión pero sabía que estaba más que impresionado, el recuerdo de la última vez que vi a Shownu, los sentimientos encontrados que tuve cuando me dejaron en la carretera pasaron fugases ante mí.

La voz de una mujer se escuchó desde la puerta indicándole a MinHyuk que faltaban cinco minutos para comenzar la pasarela y debía ir a hacer algunas entrevistas.
—Hablaremos más tarde, ChangKyun —dijo el peliblanco para luego irse.
Esperé unos segundos y después salí del camerino dejando el eco del secreto más grande de mi vida en aquellas cuatro paredes.