Capítulo 20.

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Capítulo 20.


—¡Por favor! —Harry me suplicó mientras yo negaba rotundamente con mi cabeza.

—Odio todo lo relacionado con terror, gritos, sustos y payasos macabros persiguiéndote con una sierra. —le expliqué finalmente.

—Agh...¡irás conmigo, nada malo te sucederá! —Harry pasó sus dedos entre mi cabello y acomodó uno de mis mechones detrás de mi oreja izquierda.


Desde el día que Harry vomitó palabras llenas de honestidad sobre mí nuestra "relación" incrementó considerablemente.

Esta última semana la hemos pasado en compañía del otro, cuando llego del trabajo él me está esperando recargado sobre la cerca con un cigarrillo entre sus labios. Cenamos juntos y después cada uno se va a su respectivo piso.

Se puede decir que Harry Styles es, por ahora, la única persona en que confío de todo Pinewood, me empiezo a sentir demasiado cómoda y segura junto a él, y sinceramente no sé cómo sentirme al respecto.

No sé si fue la forma en la que se preocupa por mí o sus hoyuelos encantadores acompañados de unos ojos electrizantes color verde esmeralda, lo que ha hecho que me sienta tan protegida a su lado.

Harry me ha invitado a salir en una "cita", así la ha llamado él y he aceptado. Justo ahora, sábado por la noche, me encuentro en el asiento de copiloto del auto de mi insistente y guapo vecino.

Harry insiste en llevarme a un circo tipo carnaval que está cerca del bosque de Pinewood, afirma que es uno de los carnavales más famosos de Pinewood y que muchísimos habitantes esperan todo el año por este fin de semana.


—¿Sabes qué? No me importa lo que digas, iremos —Harry Styles sentenció medio en broma, medio en serio con una bella y radiante sonrisa en sus carnosos labios rosados.

—¡Harry! —me quejé haciendo un berrinche, a lo cuál él respondió soltando una carcajada y entrelazando casualmente mis dedos entre los suyos.

—Tamara Rivers, mi querida Tamara Rivers, ya es hora de que enfrentes tus peores pesadillas —llevó mi mano hasta su boca, donde depositó un suave beso sin quitar la mirada del frente. Un nudo se instaló en el mismo instante en que los labios de Harry hicieron contacto con la suave y delgada piel de mi mano, haciendo que mi cuerpo reaccionara con un escalofrío.

—Si un...si un maldito payaso se acerca a mí te juro que voy a gritar como una loca y le voy a patear su grande y gordo trasero de mie...

—Hey, hey ya, tranquila —Harry me lanza una mirada divertida mientras frunce sus ceños.

—Y después de eso te voy a golpear a ti, por llevarme a esos lugares del diablo —exclamo con frustración mientras me cruzo de brazos.

—Eres la cosa más tierna del mundo cuando pones esa cara que estás haciendo justo en este momento, tus cachetitos se inflan más, y tu boca se contrae y esa cara "seria", ¡eres como un conejo!

—¿Un conejo? —pregunto extrañada antes de reprochar —¡no lo soy!

—Lo eres, como una pequeña conejita.

—Tú conduce —intento hacer que Harry deje de molestarme con el tema, pero fallo terriblemente.

—Ahora la pequeña coneja enojona me dice que hacer, ¡quién lo diría! —Harry estalla en una carcajada y el auto se inunda del sonido de su voz atrozmente ronca y sexy.


Me mantuve callada el resto del camino, estaba algo cansada, no he podido dormir bien desde hace meses y mi cuerpo me exige con desesperación un alto. Mis párpados comenzaban a pesarme de una manera sobrenatural y mis órdenes de permanecer despierta fueron totalmente ignoradas.


Obsession| h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora