Capítulo 3.

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Capítulo 3.


El silencio dentro del auto era relajante, mis ojos me suplicaban descansar, pero mi cerebro no daba el brazo a torcer, tenía que mantenerme despierta ya que no conocía nada de esto en absoluto, y a pesar de que mi sexto sentido me decía que me encontraba a salvo, una nueva parte de mí, la miedosa y desconfiada, le suplicaba a mi cuerpo mantenerse alerta y no fiarse del chico que conducía.


—Tranquila, no te haré daño —dijo, rompiendo el silencio y bajó su confundida mirada rápidamente a mis manos.

—¿Qué? —logré articular con un hilo de voz y dirigí mi vista hacía la misma dirección que él, mis manos estaban aferradas al filo del asiento, incluso estaban casi blancas por la fuerza que estaba aplicando. Lentamente relajé mis manos y las levanté hacia mi rostro frunciendo el ceño.

—No desconfíes de mí...todo estará bien —pronunció suave y lento, posando su mirada en la autopista.

—Ni siquiera sé tu nombre —mis manos estaban temblando ligeramente y por más que les ordenara que pararan, no obedecían, yo ya no tenía control sobre ellas en estos momentos.

—Soy Harry —de nuevo dirigió su vista hacia mi dirección y junto sus cejas al observar el temblor en mis manos —¿tienes frío?

—No...no tengo frío...—sin previo aviso, él colocó su grande y suave mano sobre una de las mías, mi cuerpo reaccionó de inmediato y contuve la respiración por unos segundos.

—¡Estás helada! —quitó su mano de la mía y encendió la calefacción del auto. Hasta ese momento me di cuenta de lo frías que estaban mis manos, moví mis dedos y acerqué mis palmas a mi boca.

—No hacía falta...—dije refiriéndome a la calefacción.

—Claro que sí, estás muy fría.

—No lo había notado.


Lentamente el temblor en mis manos desapareció y no pude evitar que el confort que mi cuerpo sentía en este momentos hiciera que mis párpados tranquilamente se cerraran.

«¡Tamara!, ¡no te duermas!» una voz dentro de mi cabeza logró que mis ojos se abrieran de golpe.


—¿Estás bien? —de nuevo la voz grave y ronca del chico de mi lado interrumpió el silencio.

—S-si —tartamudeé y me reincorporé en el asiento.

—Un segundo atrás parecía que te quedarías profundamente dormida y de la nada te has levantado, si quieres puedes descansar.

—Estoy bien, no quiero dormir —mi voz sonó un poco más dura de lo que imaginé, no quería parecer grosera, pero no podía evitarlo.

—Está bien, no dormirás, entendido —asintió con la cabeza y despegó una de sus manos del volante para pasarla sobre su gran melena, peinándola.

—No era mi intención ser grosera...lo siento —mi voz ahora sonaba más como la de una niña pequeña y frágil. ¡No quería ser una niña pequeña y frágil ante los ojos de nadie!, ¡yo no era una niña pequeña y frágil!, la desesperación me carcomía por dentro y lo único que quería era gritar, gritar de frustración.

—No hay problema —levantó una de sus manos haciendo una seña desdeñosa.

—Entonces...Harry —dije cambiando de tema, en realidad socializar con él era lo último que quería, pero si quería dejar el tema anterior atrás tenía que cambiar de alguna u otra forma el rumbo de nuestra conversación.

—Así es, Harry Styles —levantó sus hombros y soltó un suspiro—, ¿cuál es el tuyo?

—¿El mío? —fruncí el ceño en confusión.

Obsession| h.sWhere stories live. Discover now