Capítulo 15.

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Capítulo 15.


La fiesta es un asco. Estoy demasiado cansada, los ojos se me cierran, mis pies están entumidos y mi cabeza está a punto de explotar.

No veo a Thomas por ningún lado, y eso me está poniendo aún peor, estoy bastante enojada.

Intento tranquilizarme, sin embargo el sabor amargo que tengo en la boca no ayuda, e incluso me hace enojar más.

Él dijo que me llevaría a casa antes de las dos de la mañana, ¡ya son las tres! Maldita sea, mi cuerpo está a punto de colapsar, puedo sentirlo.

Camino lentamente, y cada paso que doy es como una tortura, los tacones están aniquilando mis pies, mis piernas duelen y no puedo dejar pasar el horrible, punzante e intenso dolor de cabeza. ¿Dónde se metió Thomas?

Me resigno finalmente, y decido ir a sentarme. Cuando encuentro un sofá disponible sonrió victoriosa y me siento, sintiendo como mi cuerpo grita de alegría ante la agradable sensación.

¡A la mierda todo!

Torpemente quito los tacones de mis pies, la presión que ejercían sobre la planta de mis pies disminuye casi de inmediato, pero mis pies siguen palpitando de dolor y cansancio.

Mis ojos buscan y buscan por todos lados, lentamente viajan por todo el lugar, pero no logro identificar al idiota de mi novio.

Después de un rato, me levantó, mi cuerpo reacciona al instante que mis pies tocan el frío suelo del lugar con un escalofrío, me sacudo para intentar deshacerme de la desagradable sensación y cierro los ojos por unos escasos segundos.

Comienzo a caminar entre la gente, el ruido que causa la música del lugar es ensordecedor, y la casi nula iluminación me complica de sobremanera el encontrar a Thom.

Por unos instantes creo reconocer la risa poco desapercibida de él. Volteó de inmediato mi vista hacia el punto donde creí oírlo y lo veo. ¡Ahí está, de lo más tranquilo, riéndose!

Siento como el cansancio y sueño se evaporan casi de inmediato, mientras que se instala el enojo y frustración en mi cuerpo. ¡Que lo jodan!

Camino lo más rápido que mis piernas me permiten hasta llegar a él, y me le planto enfrente.

Y lo que me faltaba, tres zorras con muy mal gusto para la ropa están rodeándolo a él y sus estúpidos amigos. ¡Pero, me va a escuchar!

La cara de Thomas al mirarme enfrente de él fue como una explosión de emociones, al principio estaba confundido, después frunció el ceño, me sonrió y al final estalló en carcajadas. ¿Qué demonios? ¿Mi cara está pintada de payaso? ¿Me perdí de algo? ¿¡De qué mierda se está riendo este estúpido!?

Apreté los puños a tal punto que sentí como mis uñas se encajaban en la suave piel de mis palmas, la ira me corría por las venas y yo ya estaba a mi límite, no podría aguantar algo más, explotaría en cualquier momento de rabia y exasperación.


—¡Tamssss! —la voz melosa y ronca de Thomas inundó mis oídos.


Lo que me faltaba, Thomas Butler está borracho. Ahora si es oficial, es el rey de los imbéciles.

Y bueno, esa fue la gota que derramó el vaso.


—¡¿Me estás jodiendo, Thomas?! —grité hecha una furia, ya había empezado y no planeaba parar hasta acabar con él.

—Joder, ¿qué mierda te sucede? —Thomas le dio un largo trago a la botella que sostenía entre sus dedos y después me miró penetrantemente, con aquellos ojos más oscuros y brillosos de lo normal.

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