Capítulo 11

679 57 24
                                    

-Sakura-

Me encontraba en el baño del instituto, viéndome reflejada en un espejo. Juraría notar mi mirada totalmente diferente a la que tenía cuando era una niña inocente, sin preocupaciones ni problemas. De pequeña recordaba estar sonriendo todo el día. Sin embargo, a medida que crecía y los problemas se agolpaban en mi espalda, mis ojos solían estar llenos de lágrimas, mi pesado corazón solía estar lleno de tristeza, solía tratar de parecer fuerte. Quería ser una niña por siempre. 

Pasé suavemente los dedos sobre las heridas de mis labios. Peiné mi cabello simplemente con las manos. Me fijé en lo cuánto había crecido. Mi cabello ya acariciaba mis hombros, cuando antes estaba a la altura de mi cuello. ¿Debería dejar mi cabello largo? Suspiré profundamente, buscando un cambio no sólo físico. Nos habíamos cambiado de instituto para poder demostrarles a la gente quiénes éramos en realidad, ¿no es así? No entendía por qué me seguía escondiendo como una estúpida, que en vez de abrir mi propio camino, seguía de los demás. 

De pronto, escuché la puerta abrirse, encontrándome con la cara de la última persona que me apetecía ver hoy. Retrocedí un poco mientras que me subía un escalofrío por la espalda. La chica de gafas dibujó una sonrisa traviesa en su rostro. 

-Vaya, no esperaba verte aquí, frentona.-se detuvo delante de mí, levantando un poco su barbilla, con aires de grandeza.

Shion y otras dos más se detuvieron detrás de Karin, sonriendo. Pasé mi mirada por todas ellas, analizando la situación. Me mojé los labios con la certeza de que tarde o temprano iban a comenzar a atacarme con alguna burla. 

-Los cortes de tu labio no tienen buena pinta...-rió Shion, poniendo sus brazos en jarra.

La fulminé con la mirada y apreté mis puños. Actué como si no hubiese escuchado, y cuando iba a salir del baño, Karin dijo:

-No te hagas la sorda, estúpida. ¿Cómo te atreves a ignorarnos?

-¿Ignorar?-me giré, inclinando la cabeza hacia un lado-. No tengo por qué contestaros. Si no tienes a nadie más para que te haga caso, ¿por qué no te arrastras hasta Sasuke, como sueles hacer?

-Perdona querida, pero tenías que haber visto tu cara cuando viste que tu Sasuke no te defendió en la fiesta. ¿Acaso creías que iba a ayudar a alguien como tú?-exclamó una amiga de Karin, que me había agarrado aquella noche.

-Si soy sincera, me esperaba algo de él, pero me di cuenta de que es la misma mierda que vosotras.-esbocé una pequeña sonrisa-. Al menos no me engaño a mí misma de que me va a querer, como tú, Karin. 

-Sakura, cariño.-espetó la pelirroja, algo molesta-. Yo le entrego mi amor a Sasuke, y él me lo devuelve con más cariño. 

-¡Ja! Lo único que haces es complacerle sexualmente, propio de guarras como tú.-exclamé-. Y él sólo se aprovecha de tu estupidez. 

-¡Maldita perra! ¿Quieres acabar otra vez perdiendo?-Karin se acercó a mí con el propósito de golpearme. 

-La que acaba perdiendo eres tú, zorra, que no consigues ganar la atención que necesitas para ser la más popular.-espeté, y noté que mi voz iba cargada de odio-. Pensaba que no volveríamos a estar en esta situación después de la fiesta. ¿Qué pasa, me echas de menos y todo?

-Ojalá.-rió Karin, y antes de que pudiese mover su ficha, le metí un puñetazo.

Un puñetazo cargado de fuerza, que hizo que perdiese el equilibrio. Las demás abrieron los ojos de par en par, sin saber bien qué hacer. Clavé mi mirada sobre todas ellas, y después de tragar saliva, ordené: 

4 Cute & Bad GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora