Capítulo 11

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Sorprendidos, Gun y yo nos sentamos cerca de la pizarra con los demás para seguir la explicación de Shinra.

- Como ahora tenemos a dos nuevos integrantes en nuestro grupo haré un breve resumen de los últimos sucesos y del plan que he diseñado -comenzó Shinra-: Los dos últimos días, Brírinvius Autumnblood, que como todos sabéis es el actual gobernador de Sifán, ha comenzado a ejecutar y a encarcelar a todos aquellos a los que considera sus enemigos o que se han opuesto a él y hemos conseguido interceptar información sobre que está juntando mercenarios para hacer un ataque que arrase Sifán hoy al atardecer. No sabemos qué es lo que pretende con todo esto, pero tenemos claro que no se lo vamos a permitir: La ciudad está lista para la batalla, todos los ciudadanos que no van a participar en la batalla ya se han refugiado en la ciudad subterránea.

- ¿Cuidad subterránea?- pregunté confuso.

Shinra asintió y tuvo el detalle de detener su explicación para aclarar mi duda.

- Existe una ciudad secreta en el subsuelo de Sifán. Obviamente no conocías su existencia, ya que sólo los habitantes de Sifán tienen la entrada permitida -yo asentí y ella prosiguió con su anterior discurso-. Ahora hablemos del plan de defensa. Este plan consiste de dos partes: en la primera, un grupo comandado por mí defenderá las entradas de la ciudad para evitar que los mercenarios de Brírinvius puedan entrar; mientras que la segunda parte consiste en un pequeño grupo que se encargará de eliminar a Brírinvius, el cual aún se encuentra dentro de la ciudad: este segundo grupo se compondrá de Monari, Rubil, Trisa, Gun y Aiden -dijo señalándonos-. Vosotros deberéis llegar a la mansión de Brírinvius pasando por sus guardaespaldas personales. No os voy a mentir: será complicado, pero confíamos en vosotros para lograrlo.

Shinra respiró hondo y nos hizo un gesto para indicarnos que comenzasemos a preparar todo para la batalla.

El resto de personas que había en la posada se marcharon y sólo quedamos las camareras, Shinra, Gun y yo. Entonces mi jefa se dirigió a su despacho y tras un rato salió de allí con unas cuantas cajas y comenzó a abrirlas.

De la más pequeña de todas sacó unos guantes con los nudillos de metal y se los entregó a Monari. Después de eso abrió otra que era bastante larga y estrecha, sacando de su interior un extraño bastón de madera que tenía una gema roja en el extremo y que le fue entregado a Trisa. Acto seguido abrió una caja completamente cuadrada de la cual saco una gran cantidad de extrañas bolitas de cristal de varios colores para dárselas a Rubil.

- Aiden, Gun, venid aquí -nos llamó Shinra.

Nosotros le hicimos caso y nos colocamos justo frente a ella.

- Esta va a ser una batalla dura, por lo que os voy a hacer un préstamo: a ti Gun, ya que sabes como manejar una espada, te prestaré la espada de mi maestro -explicó-. Y a ti, Aiden, te daré algo muy especial.

Entonces, sacó una pequeña caja metálica con tres candados y se dispuso a abrirla con unas llaves que retiró de su bolsillo. Levantó la tapa con cuidado, dejando ver un pequeño cuchillo con el filo rojo y la empuñadura negra. Lo alzó con cuidado por el mango y lo enfundó.

- Esta es la Daga Incandescente, uno de mis tesoros del que estoy más orgullosa. El filo de este cuchillo puede atravesar cualquier armadura o escudo que se interponga en su camino -dijo, observándola como si fuera la última vez que la iba a ver-. Ten mucho cuidado con ella: si la usas sin cuidado podrías herir a alguien a quien no deberías.

Yo asentí y la cogí con cuidado. No podía evitar sentirme halagado: Shinra acababa de entregarme un arma que parecía de gran importancia. No obstante, me limité a sonreír como respuesta y le indiqué que me iría a mi cuarto a descansar hasta que fuera la hora del ataque.

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora