Capítulo 6

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El día anterior había sido tranquilo... Demasiado, incluso: a pesar del duelo con Richard no hubo nada destacable, así que tengo el presentimiento de que algo malo va a pasar, y tengo la sensación de que es peligroso que el grupo de Richard siga rondando por la ciudad: sería mejor acabar pronto con ellos, y a lo mejor el libro de botánica que me había regalado Gun podía ayudarme.

Comencé a leer el libro y encontré unas cuantas plantas venenosas a las que podría sacarles provecho ya que eran fáciles de obtener, así que apunté en unos papeles las más interesantes.
Al terminar fui a trabajar en la cocina y me puse a lavar los platos. Cuando terminé le dije a Shinra que me iba a marchar durante toda la tarde al bosque y que le dijera a Gun que no estaba en caso de que apareciera por la posada.

Salí de la posada con rumbo hacia el bosque, y una vez allí revisé los apuntes sobre las plantas que debía buscar. Llevaba una pequeña bolsa de tela para guardar todas las plantas que me encontrara. Para ser sincero, había un objetivo concreto en mi búsqueda: unas pequeñas bayas negras con puntitos rojos.

Tras toda la tarde buscando, llené la pequeña bolsa con aquellos frutos que estaba buscando y estaba seguro de que eran más que suficientes para comenzar a preparar algunos venenos.

Cuando regresé a la posada estaba abarrotada y los clientes hacían mucho ruido, así que fui directo a la cocina, busqué un cuenco limpio y un mazo y los subí a mi cuarto. Allí comencé a echar las bayas al cuenco para machacarlas poco a poco. Eché aproximadamente unas treinta bayas al cuenco y cuando ya las tuve completamente hechas papilla decidí probar mi gran creación.

Con cuidado, toqué un poco aquel mejunje con la punta del dedo meñique y me lo metí en la boca. Después de unos segundos la habitación comenzó a distorsionarse, pero no lo suficiente como para que me impidiera caminar, sino que todo estaba un poco más borroso. A los pocos segundos todo volvió a la normalidad.

Había creado una especie de alucinógeno cuyos efectos eran muy suaves y de poca duración: algo completamente inútil... Aunque si consiguiera que se volviese más concentrado quizás podría llegar a utilizarlo.

Bajé corriendo por las escaleras y le pregunté a Shinra si sabía algo sobre la elaboración de elixires, ya que obviamente no le iba a contar que estaba preparando veneno.

—Por supuesto, sígueme —dijo ella dejando lo que estaba haciendo.

Entonces ella me llevo a la cocina, y allí comenzó a darme explicaciones de como potenciar el efecto de lo que preparara. Tras seguir los pasos que ella me había dicho, conseguí con facilidad un nuevo elixir de color rojo.

Entonces repetí el proceso que había realizado anteriormente: con el dedo meñique toqué un poco el líquido rojo y me lo metí en la boca.

En ese momento todo se volvió oscuro, comencé a escuchar voces completamente incomprensibles y poco a poco pasaron por delante de mis ojos los recuerdos de mi pueblo ardiendo, la risa de aquellas personas que me habían traicionado de tal forma... era una auténtica tortura.

Cuando me di cuenta estaba en mi cuarto, ya era de noche y me había pasado varias horas tirado en el suelo. Ya tenía una nueva arma, aún tenia bastante veneno y me quedaba casi toda la bolsa de bayas para preparar más.

Bajé al salón principal para comer algo. La mayoría de la gente ya se había marchado, así que me senté en la mesa más cercana. Entonces Shinra se acercó a mí con algo de comer y se sentó en una silla a mi lado.

—Tengo una noticia para ti: hoy hay una fiesta de despedida para el grupo de héroes que está en la ciudad —dijo sonriendo—. Será tu última oportunidad para matarlos... Quizás podrías aprovechar ese veneno que has hecho.

I'm (Not) A Hero (Pausada Hasta Nuevo Aviso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora