~ Lollipop ~ Suga - BTS

Parte 51

-Bien, Doyeonnie, volveré antes de que Hoseok lo haga, ¿de acuerdo? Te llamaré. Y también llámame si surge algo y vendré enseguida. ¡Muévete, Taehyung!-

Ya era la hora de que ellos se fueran.

-Diviértanse.- grité con una mano en alto y ellos me respondieron el gesto.

Bien. Cerré la puerta principal y me quedé quieta por unos segundos. Creí haber escuchado algo a los lejos.
Después sonreí cuando lo descubrí, esos nudillos golpeando suavemente el vidrio de la puerta corrediza de atrás. Corrí a la cocina entonces y abrí encontrándome después a Yoongi en el jardín.
No pude contener la emoción y me abalancé a él rodeando su cuello y dejando un pequeño beso en su mejilla.

-¡Estás aquí!-

-¿Creíste que no vendría?-

Esta era la idea. Como no podíamos acercarnos uno al otro en horas de clases ni yo salir en las tardes, esta fue la única oportunidad que se me ocurrió; pasar unas horas juntos siquiera una noche.

Tomé su mano e insistí que entrara. –Oppa salió y volverá más tarde. ¿Tienes hambre? ¿Qué quieres hacer?- pregunté muy emocionada.

Me respondió con una encogida de hombros. –Lo que quieras hacer.-

Me agrada que actúe tan tranquilo. Yo en esta situación creo que estoy un poco tensa, como si temiera ser descubierta. Algo dentro de mí siente que seré descubierta y quiere echar a Yoongi de aquí antes de que ocurra algo. ¡Pero yo quiero que se quede!

-¿Quieres ver mi habitación?-

Volvió a encogerse de hombros. -¿Invitas a cualquier chico a tu habitación?-

Sonreí al tiempo que comencé a jalar de él. –No. Solo a Jimin, Taehyung, Jungkook y a ti.-

-¿Por qué no me sorprende?- masculló.

Subimos al piso de arriba. –Esta es la habitación de Oppa.- señalé la primera puerta que pasamos, está cerrada. –Y ésta es la mía.- la puerta blanca con flores pintadas.

-En serio.-

-Creo que te gustará.-

Claro que no le gustará pero eso me divierte. Toda mi habitación es una combinación de blanco, rosa y morado. Muy al contrario de Yoongi que en su hogar solo veo los colores negro, marrón, y blanco amarillento.
Entró y miró alrededor, fingiendo un bajo interés. Manos a los bolsillos de su chaqueta y la lengua entre sus molares, está actuando como un chico cool.

-Mucha felpa.- comentó.

Sí, tengo muchos animales de peluche en los estantes de arriba.

-¿Tú no tienes ninguno, verdad?- corrí hacia uno de los estantes.

-¿Por qué tendría?-

Comencé a buscar algo específico, con la mirada escaneé los estantes hasta dar con el animalito indicado.

-¡Aquí está!- tomé el cachorro de felpa café que compré hace unos días y volví con Yoongi quien se quedó quieto en medio de la habitación, capturando mis movimientos como de costumbre. –Se llama Holly.- se lo extendí pero no se movió.

-¿Y?-

-Dijiste que te gustaban los cachorros, ¿recuerdas? Lo compré pensando en ti. Se llama Holly.- le insistí en que lo tomara. Pero no lo hizo.

-Yo no me refería a eso.-

-¿Oh, no? ¿Entonces a qué te referías?-

-Me refería a ti, niña lista.-

¿Eh? Pensé un poco. ¿Por qué se referiría a mí?

"-¿Por qué eres así de repente?-

-Siempre soy así, soy un cachorro amigable, Min Yoon Gi.-"

¡Oh, lo recordé! Yo dije eso cuando apenas comenzaba a hablar con él. Cielos, mis mejillas. Aun siendo tan frío me había confesado eso. Qué torpe.

Sacudí mi cabeza y volví a él. –Ah, ahora entiendo. ¿Pero aun así puedo obsequiártelo, verdad?-

-Quédatelo.- dijo y yo fruncí el ceño acompañando un puchero en mis labios.

-Debes aceptar un obsequio, más si es de tu novia, Min Yoon Gi.-

Silencio absoluto.

Al final aceptó a Holly de mala gana pero me sentí satisfecha. Se ve muy dulce cuando mira a Holly con esa cara de desprecio. Le gustará más adelante, yo lo sé.

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No había mucho que pudiésemos hacer. Me encantaba su compañía a pesar de todo, porque quería verlo y hablar con él, y sé que él también sentía lo mismo.

Se sentó en la orilla de la cama mientras yo hablaba y hablaba. Dejó a Holly en la cama atrás de él y me miraba atento esta vez.
Yo estaba de pie frente a él, hablando del verano en el que papá y yo decoramos mi habitación cuando yo era niña. Luego cambié el tema y pensé en los últimos días de clases.
Recordé que Min Yoon Gi se graduará en pocos días.

Me acerqué lo suficiente para dejar mis manos en sus hombros, él ahora tenía que levantar la mirada para verme correctamente. Me gustaba no ser la pequeña de altura en este momento.

-¿Irás al baile de graduación?- le pregunté.

-No.-

-¿Por qué no?- acerqué mi mano derecha a su rostro y comencé a picar su mejilla con el dedo. –Es una celebración.-

-Es una tontería.-

-No lo es.- sonreí y piqué la punta de su nariz. –Hubiese sido genial verte en traje, Yoongi.-

-¿Lo crees?-

Asentí muchas veces. –Elegante, elegante.-

Bajó la cabeza un momento, creo que para que no viera su sonrisa, luego volvió a mí.
Esta vez no dijo nada y yo no busqué decir nada. Hubo un silencio repentino. Yo me distraía jugando y pellizcando su mejilla, oreja y mentón mientras él solo me miraba a los ojos. Pero yo comenzaba a ignorar ese contacto.

-Estoy en tu habitación.- dijo.

-Lo sé.

-¿Quién se molestará más, tus padres o tu hermano?-

Apreté mis labios. Cielos.
De pronto Yoongi con su brazo rodeó mis caderas y me incitó a sentarme en sus piernas, de costado, mantuve mi brazo izquierdo abrazando su cuello y mi mano derecha quedó aferrada al cuello de su playera jalándolo hacia abajo y descubriendo su pecho un poco.
No respondí la pregunta.

-¿Hm? ¿Qué haré si ellos vienen?- volvió a preguntar. Sonaba juguetón al preguntar eso.

-Saltarás por la ventana.-

-No lo haré.- sonrió. Su intento de sonrisa, ¿cuándo podré verle una perfecta sonrisa de dientes perfectos?

-¿Qué harás si ellos vienen entonces?-

-Eso es un secreto.-

-Papá es policía.-

-¿Y?-

-Si planeas hacer algo malo él podrá usar sus armas.-

Esa sonrisa se hizo más amplia y me apretó en su abrazo. -¿Pedir con formalidad su permiso para salir con su hija es algo malo?-

No me lo creí. -¿Estás hablando en serio?- mostré mi asombro.

-Voy a hacerlo, pero si tu hermano se opone yo...-

Oh, mi teléfono comenzó a sonar. Está en mi bolsillo de mis shorts.
Ah, solté un suspiro de alivio cuando vi el nombre en la pantalla.

-Es SaNa.- lo bueno que no era Oppa. -¿Hola?- respondí al teléfono.

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