Prólogo

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Solo era otro día en su rutina, la misma que había adquirido desde hace un par de años, luego de al fin haber conseguido el empleo que necesitaba para poder sustentar a su familia como debía. Y la mejor parte de todo, era que las cosas eran sencillas, su pequeña rutina lo era.

Llevar a sus pequeños a la escuela, ir a trabajar, buscar a sus hijos y volver a casa, cuatros cortos pasos, los cuales no eran interrumpido por nada, excepto por su insistente instinto de ir vigilando cada paso que daba.

Porque a pesar de que ya habían pasado cinco años, el miedo, y el terror seguía allí latente.... Él podría aparecer en cualquier momento en su vida, en un segundo, tal como lo hizo la primera vez...

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos dejó al ver a su secretaria entrar a su oficina, una pequeña y joven pelirroja, que apenas había contratado hace unos meses, luego de perder a la última que había tenido.

— ¿Sí? —preguntó la joven castaña alzando la vista de su computador, antes de notar que estaba algo nerviosa.

— Alguien la está buscando— respondió con notable terror en sus palabras, ni siquiera los cincos meses que lleva trabajando con ella, le quitaba el miedo sentía, el mismo que sentía cualquiera que no la conociera, ya que era parte de su naturaleza expedirlo.

— ¿Tiene cita? —preguntó sin darle importancia a su comportamiento.

— No, pero dice que es importante— respondió casi como si no quisiera decir esto—, y que es amiga suya...— añadió haciéndola mirarla extrañada, casi no tenía amigas, y las que tenía no iban a buscarla a su oficina.

— ¿Dijo cómo se llamaba? —preguntó sin darle mucho interés antes de la puerta de la oficina abrirse de nuevo, dejando entrar a una chica de cabellera rubia platinada, que podría identificar en cualquier lugar a pesar de tener tantos años sin verla.

La joven castaña la miró sin decir nada esperando el momento justo para correr, porque si ella estaba aquí, su hermano no estaría lejos. Sin embargo, aquel momento no llegó, solo cerró la puerta sin dejar de verla con curiosidad, para luego dar un vistazo al su alrededor.

— Que lugar más...acogedor...— soltó con algo de burla en su voz, algo típico en ella, burlarse de la vida humana.

— Déjame a solas a ella— le ordenó la castaña a la pelirroja antes de ella asentir y salir casi corriendo de la oficina para luego cerrar la puerta—. ¿Qué haces aquí? —preguntó sin dar muchos rodeos mientras ella caminaba hacía su escritorio y se sentaba delante de este.

— Mi hermano te busca...—respondió las palabras a las cuales más le había temido en su vida...

— ¿Para qué?, ¿para humillarme de nuevo? —preguntó con fingida burla, esperando que la respuesta no sea la más obvia.

— Por los gemelos— respondió dejándola algo fuera de sí, jamás había esperado tal respuesta, su mejor secreto había sido descubierto.

— No son de él— mintió con rapidez, haciéndola reír.

— ¿Ese será tu gran argumento?, ¿Qué no son de él? —preguntó riendo—. Tienen cuatro años, sin contar que Nayden es igual a él...—argumentó con burla asustándola aún más al ella saber su nombre, y mucho peor, que supiera como luce—. ¿Cómo fue que te fuiste sabiendo que...? —la regañó antes de la joven interrumpirla de golpe al escuchar tales palabras.

— Ambas sabemos que él me desterró, me despreció y me humilló, así que no puedes venir a regañarme— se justificó enfurecida con ella, perdiendo un poco el miedo que tenía—. Él no tiene nada que venir a reclamarme, así que si vienes a hacer de mensajera, puedes venir por donde viniste...—agregó haciéndola extrañamente reír.

— Y ahí está la Aaly que recordaba— soltó ella sin dejar de sonreír—. Mi hermano no sabe que estoy aquí— dijo con suma tranquilidad sorprendiéndola por completo.

— ¿Qué haces aquí entonces? —preguntó con suma curiosidad, pero sin confiar en ella por completo.

— Advertirte— respondió parándose del asiento—. Miroslav viene en camino, y está fúrico...

— No tendría por qué estarlo, él fue el culpable de todo...—se defendió con desprecio hacia su hermano—. No tiene derecho ni siquiera de venir aquí...

— Son sus hijos, claro que lo tiene— dijo con burla antes de dar la vuelta para luego caminar hacia la puerta—. Tienes un día Aaliyah, puedes huir o enfrentarlo, pero ambas sabemos que él tiene una habilidad innata para encontrarte...

— Si fuera así me hubiera encontrado hace años— arremetió sin miedo haciéndola reír.

—Antes no tenía motivos...—soltó haciéndole más daño del que debería...    

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Espero que alguien le haya una oportunidad a esta idea y le llame la atención, gracias por leer :). Subiré capítulos semanalmente :3

My Alfa. Book #1. Terminada.Where stories live. Discover now