Capítulo 3: Arriesgarse

Start from the beginning
                                    

-¿Segura que no quieres tener una cita conmigo? –preguntó.

Sonreí.

-Vamos más lento, ¿te parece?

-Esta bien. ¿Eso quiere decir que tengo oportunidad? –preguntó con esperanza.

-Yo creo que si.

Pude notar que sus ojos brillaban al instante que le respondí. Eso me alegraba.

Después de caminar un rato más por la playa me llevo a casa. Me acompaño a la puerta y le agradecí por todo.

Cuando estuve en mi habitación no tenia sueño así que decidí llamar a Dan para saber como estaba.

Marqué su número. El teléfono sonó un par de veces pero luego contestaron.

-¿Hola? –dijo Dan.

-¡Hey! Soy yo.

-Hola, Nicole. ¿Cómo estás?

-Muy bien. ¿Y tú? ¿Cómo sigues? –le pregunté algo preocupada.

-¿Sabes? Ahora estoy mejor. Hable con mis padres y con mi hermano. Todo esta solucionado. Me siento muy bien. Pero, ¿qué ha sido de tu vida? Anna me contó algo de ti y un chico nuevo llamado Alex.

-Con que ya te conto.

-Si. ¿No quiero que te ilusiones, vale?

-Tranquilo. Hasta ahora solo fui al cine con él pero solo como amigos –no recordaba lo protector que era Dan, en especial después de que Sam me engañara- Pero digamos que me esta comenzando a gustar. Es lindo.

-Así era Sam. ¿Acaso lo olvidas?

-¡Daniel! ¿Puedes dejar de hablar de Sam? Él no es como Sam. Puedo notar que es diferente. –le dije algo molesta.

-Perdón, pero no quiero que te pase nada y que como siempre termines tú llorando.

-Te entiendo –le respondí comprensiva- Pero no puedo estar sola toda mi vida. –reí.

-Ok, tengo que conocerlo primero.

-Claro. El lunes nos vemos y te lo presento. –dije emocionada- Pero solo somos amigos, recuérdalo.

-Nunca se sabe que puede pasar después –dijo Dan- Me comportare.

-Es es lo único que pido –le dije.

-Ahora me tengo que ir. Voy a pasar más tiempo con mi nuevo hermano. Tal vez vayamos por ahí a caminar, ¿quieres venir?

-No, gracias. Estoy agotada. Para la próxima.

-Esta bien. La hable de ti y muere por conocerte. –dijo él con un tono muy entusiasta.

-A mí también me encantaría conocerlo.

-Quizás lo veas en el instituto el lunes, ya que se inscribió ahí.

-Excelente. –contesté feliz.

-Tal vez nos encontremos mañana. –dijo- Hablamos luego.

-Cuídate. –dije y colgué.

Me moría por conocer al hermano de Dan. Todavía no sabia su nombre pero si era familia de Dan de seguro que es muy amable. Mañana iría a mis practicas de surf con Alex y tal vez vería a Dan y a su hermano ya que siempre me lo encontraba por todas partes.

No podía dejar de pensar en Alex, es muy atractivo, pero lo que más me atrajo de él era como me trataba. Demasiado lindo. Ya quería verlo mañana, siempre había querido aprender a surfear pero nunca me había atrevido. Estaba pensando demasiado en él y no podía ilusionarme como me dijo Dan, aun no lo conocía bien y no podía darme el lujo de que me volvieran a lastimar. Tenia que ser positiva, hasta ahora todo era como amigos y tal vez no pasaríamos de ahí. No estaba segura de si podía enamorarme de él o no. No sabia si mi corazón podría aceptar otra desilusión mas, pero tenia que arriesgarme aunque aun no estaba segura.

Prefería no pensar más en todo eso y que todo pasara como el destino quisiera que fuese, así que tome mi libro de Tres Metros Sobre El Cielo y comencé a leerlo como por decima vez. De verdad amaba ese libro, esta lleno de amor y drama.

Me quede leyendo como hasta las doce y recordé que mañana me tenia que levantar temprano entonces cerré el libro, lo coloque en la mesa de noche y me quede dormida.

Al día siguiente me desperté a las ocho. Me arregle y me puse un traje de baño debajo de mi vestido. Baje a la cocina y desayune algo rápido, que bueno que no se habían despertado aun. Decidí salir lo más rápido posible.

Camine hasta la playa y cuando estaba llegando al mismo lugar de ayer vi a lo lejos a un chico que supuse que era Alex con una tabla de surf. Se veía muy bien en esa posición. El sol hacia que su cuerpo se viera mucho mejor. Aparte esos pensamientos de mi mente cuando llegue hasta él.

-¡Hola! Te estaba esperando –me dijo él.

-Pues ya estoy aquí. ¿Comenzamos? –sonreí.

-Claro.

Fuimos nadando hasta lo más profundo, pero donde había olas un poco pequeñas. Me ayudo a subir a la tabla y a mantener el equilibrio, caí muchas veces pero sentía que cada vez estaba mejorando.

-No eres tan mala –me dijo riendo- Solo necesitas un poco de practica. Tenemos que evitar esas caídas.

-Algo es algo, ¿no?

-Si. ¿Quieres ir a descansar un rato? Pareces estar algo agotada.

-Un poco. Y también muero de sed y de hambre.

-Entonces vayamos a comer. Creo que fue suficiente por hoy. Hemos estado aquí horas.

-Conozco un restaurante cerca de aquí.

Nadamos hasta la orilla donde nos secamos. Me puse mi vestido encima no pensaba andar por ahí en traje de baño. De repente vimos un restaurante italiano y decidimos entrar. Estaba algo desierto, solo habían tres parejas muy cariñosas. La mesera nos guio hacia nuestra mesa que daba con vista hacia el mar. El restaurante estaba muy lindo, se podía sentir la calidez del lugar.

La mesera nos dejo un menú y se fue. Cuando regreso ya teníamos planeado que pedir pero ella nos sugirió algo más.

-Hoy tenemos un especial para enamorados. –dijo ella mientras nos miraba a Alex y a mi sonriendo.

-No, no. Solo somos amigos –dije apenada. No podía creer que nos haya dicho eso. Sentía que estaba tan roja como un tomate.

-¡Oh! Ya veo. Perdónenme –se disculpo.

-Tranquila, esta bien –dijo Alex compresivo.

-Bueno, ¿qué quieren pedir? –preguntó la mesera.

-Yo quiero un Fettuccine Alfredo y una Coca-Cola –le dije.

-Ok. ¿Y para ti? –preguntó dirigiéndose a Alex.

-Una pasta alla carbonara y una Coca-Cola también.

-Enseguida se los traigo.

Vi como se alejaba la mesera y le entregaba unos papeles al chef. Cuando voltee a ver a Alex me sentía algo incomoda después del comentario de la chica, no sabia que decir.

-Es una señal. –dijo él.

-¿Qué cosa? –le pregunté.

-Que piensen que estamos saliendo.

-Nada mas lo pensó ella.

-El del cine también.

-Yo no recuerdo eso –le dije mirándolo fijamente.

-Me lo dijo cuando tú no estabas.

-Pero, no es así. Solo somos amigos, Alex.

-Eso lo decidirá el destino. –dijo él sospechosamente.

That One ThingWhere stories live. Discover now