20. II

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Let's talk of graves, of worms, and epitaphs.

For God's sake, let us sit upon the ground

And tell sad stories of the death of kings;

*

Hablemos de tumbas, de gusanos y epitafios,

Por el amor de Dios, sentémonos sobre esta tierra

A contar historias tristes de la muerte de otros reyes.

—W. Shakespeare

Después de aquella primera expedición, los meses parecían pasar más rápidos y los conocidos también, las caras nuevas desaparecían y eran reemplazados por otras por segunda vez ese año. No eran muchos los que llegaban, la mayoría jóvenes adultos solitarios que no conseguían ganarse la vida en la ciudad ni las afueras o que tenían que mantener a sus familias. Todos venían sin ningún tipo de ilusión ni meta pero los discursos de Erwin conseguían hacerse paso en la mentalidad de la mayoría de ellos.

Al fin y al cabo, los desesperados son los primeros en buscar algo mejor.

Acababan de volver de otra expedición, sin embargo, e incluso días después el ánimo seguía bajo y el ambiente melancólico y tenso. Las cosas no iban bien para la Legión, aunque Levi, por su parte, había conseguido cierto respeto de un buen número de los soldados gracias a su número de titanes abatidos. Buscando tomar el aire y no dejarse arrastrar por el penoso estado de sus compañeros, que vagaban por las instalaciones y sobre todo por el bar, salió afuera. Ahora que el invierno estaba en su recta final le gustaba pasar tiempo dando paseos y viendo los cambios que poco a poco iban apareciendo. Cómo las hojas volvían a crecer en los árboles, cómo aparecían las primeras flores del año, cómo incluso los caballos parecían más animados. En el Subsuelo no había nada notable a lo largo de los meses excepto porque esa época era especialmente fría, húmeda, y la comida escaseaba todavía más. Durante ese tiempo, un cuarto de los niños y enfermos de la ciudad subterránea caía como moscas.

Siempre había odiado el invierno.

—¡Hey, Lev!

Levantó la vista del suelo para encontrarse con que Conrad le llamaba desde cierta distancia, y que estaba con Hanji y Petra junto a una de las mesas con bancos de madera para reunirse al aire libre. Fue a su encuentro sin prisa y en cuanto llegó agradeció enormemente el ambiente distendido que había.

—¿Qué hacéis?

—Probar material nuevo —Hanji le respondió desde su asiento, enfrascada en una especie de plano.

—Y cotillear.

—¡Pero Petraaa!

—¿Qué? Yo he venido aquí para eso.

Hanji hizo un puchero, señalando con el lápiz que llevaba en la mano el plano, y Petra compuso una gran sonrisa encogiéndose de hombros sin aparente arrepentimiento. Había una pequeña caja de cartón a su lado en la mesa pero estaba cerrada.

Levi no podía decir que no le caía bien después de tantos meses y de haberla conocido mejor. Además, era la única que se interesaba en hacerle bromas pesadas a Hanji y proclamar venganza por sus chácharas interminables.

Riendo por lo bajo, Conrad se sentó en la mesa de lado frente a Hanji y cruzó una pierna sobre la otra, apoyando la barbilla en la mano.

—Vamos a poner verde a Lev.

—Estoy delante de ti.

—No te preocupes, Levi, no te criticamos a las espaldas —intervino Petra—. Es más divertido meterse contigo cara a cara.

Pioneros (𝐒𝐍𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora