17. Más caminos

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La noche antes de la expedición fue la primera en la que Levi subió al tejado.

Y no parecía ser el único. Gracias a la escasa luz de la Luna medio tapada por las nubes, casi amenazando con cubrirse entera y dejarles atrapados en las tinieblas, pudo discernir una figura sentada en el hueco entre dos almenas. El cabello moviéndose desde sus hombros debido a la brisa le contó quién era, y pensó en dar la vuelta e irse por donde había venido.

Aunque no quiso indagar en el por qué, finalmente no lo hizo y anduvo hacia ella.

—¿No puedes dormir?

—Demasiados ronquidos —Lucille contestó con un suspiro.

Levi notó la mentira, pero no lo mencionó.

—Lo único bueno que le puedo sacar a la celda es que no tengo que soportar esa tortura —dijo mientras se sentaba a su lado.

—¿Te dejan la celda abierta por la noche? —ella apartó la mirada de las vistas nocturnas para mirarle con extrañeza.

—Por supuesto que no, pero sabes que soy bueno en mis cosas. Me has visto trucar decenas de cerraduras. Además, a Erwin no le importa mientras no rompa la puerta. Es solo protocolo.

—No me puedo creer que os llevéis bien tan pronto.

—No nos llevamos bien —Levi negó inmediatamente, molesto—, simplemente nos toleramos.

—Bueno, a él pareces caerle bien al menos.

Frunció el ceño ante eso y giró la cabeza hacia ella, tratando de ver si lo decía en serio. Lucille se limitó a alzar una ceja que preguntaba "¿acaso te sorprende?".

—Está claro que te capturó para utilizarte —siguió elaborando—, pero creo que se preocupa. No habla con mucha gente por aquí, y aunque seas su... "responsabilidad" no tendría por qué hacerlo ni dedicar tanto tiempo a enseñarte cosas. Hay instructores para eso. Además, te ha quitado las esposas aun brillando en tu historial la palabra 'asesino'.

Levi se encogió un poco. Quiso creer que se trataba del frío.

—O me está manipulando —se opuso.

—O te está manipulando —Lucille asintió un par de veces, pensativa—. No lo sabrás hasta que no le des un voto de confianza, supongo.

—Lo dices como si fuera fácil.

—Sé que no lo es. Y no me vas a contar nunca qué te ocurrió cuando desapareciste en el Subsuelo, ¿no? ¿Te secuestraron?

—Tienes razón, no te lo voy a contar.

Quedaron en silencio unos minutos, volviendo a mirar uno el cielo y otra la ciudad a lo lejos. La blanca luz de la Luna suavizaba las facciones de Lucille y marcaba más las de Levi, volviéndolas más afiladas y oscuras cuando deberían haber sido convertidas también en algo parecido a inocencia. Pero ni esa podía obtener. Parecía poderoso; alguien capaz de todo o un fantasma. Mientras el leve viento balanceaba el pelo de su amiga, Levi lo tenía pegado a la piel por lo que había sudado en la última pesadilla. Se pasó la mano por la nuca y la fue subiendo, frotándose la zona de pelo recién cortada que ahora llevaba al ras, y los mechones de arriba que cubrían la mayor parte del rapado. A pesar de que le parecía demasiado militar, por una vez estuvo de acuerdo con Erwin en cortar aquella mata de pelo negro como el carbón que llevaba desde hacía años. No por apariencias, sino por comodidad. Y porque necesitaba un cambio, algo que le demostrara que podía empezar de cero, pues aquella era la primera vez que su vida cambiaba. Si era para bien o para mal, tendría que esperar para saberlo.

Pioneros (𝐒𝐍𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora