-Tu misma lo has dicho –aprieta con fuerza–, me acompañáis por mis objetivos no por uno en concreto, si yo deseo ir a verle sea por las razones que sean, vosotros me seguiréis ¿no? –sonríe.

La peliazul comienza a observar los rostros de cada uno de ellos y estos asienten cuando ella hace contacto visual con alguno. La iban a apoyar igualmente.

-Bendita sea mi suerte por haberos conocido... –susurra la peliazul emocionada.

· · ·

Antes de partir decidieron acampar en el bosque y reponer fuerzas ya que la batalla anterior les había dejado en malas condiciones.

Mio estaba inquieta ya que en ese estado se sentía con mucha energía como para descansar así que sin hacer el mínimo ruido para despertar a Yona sale de la tienda y da una vuelta.

Caminaba mirando el estrellado cielo y se asombraba de sí misma al poder alcanzar más allá de los ojos de una persona común. Tan absorta se encontraba observando el espacio infinito que no se da cuenta que llega a la orilla de un rio y moja sus pies en él.

Posa su mirada hacia el agua y en ella se refleja el mismo firmamento que segundos antes estaba divisando, sencillamente hermoso. Gracias a la habilidad del Seiryuu podía apreciar todo lo maravilloso que la madre Tierra les había otorgado a sus habitantes.

-A pesar de haber vivido por siglos, nunca me había percatado de lo bello que es este mundo... –suelta una risilla– Supongo que he estado tanto tiempo mirando hacia atrás que se me había olvidado completamente observar lo que tenía justo en frente.

Alza su mano y comienza a hacer movimientos suaves, esta acción hace que el agua la imite y moldee la forma de sus pensamientos.

Primero hace los tipo de animales que ha visto, desde los más pequeños a los más grandes y cuando llega al del lobo se queda mirándolo detenidamente hasta que este parece que tiene vida propia y se acerca a ella, la peliazul se asusta echándose para atrás, cayendo de culo y a su vez el líquido vuelve a su forma original al arroyo.

-Que idiota soy, mira que asustarme por algo así... –coloca la mano en su frente.

Se levanta, se quita los restos del polvo que se le ha quedado en su ropaje, da media vuelta y se dirige de nuevo hacia el campamento sin embargo, algo le detiene y vuelve a mirar al río.

Una idea cruza por su mente y esta en seguida sacude la cabeza negándolo.

-Tan solo me produciría más dolor... –Se coge del codo y aparta la mirada, realmente quería probarlo.

Se gira y con pasos decididos se coloca cerca de la orilla, cierra los ojos y comienza a visualizar a unas personas, escucha como el agua realiza su trabajo pero aun así mantiene la concentración. De pronto deja de percibir cualquier ruido y eso le indica que ya puede abrir los ojos. Ella, ahora dudosa, no quiere abrirlos, le da miedo que al hacerlo vuelva a ser sucumbida por la depresión no obstante, algo le hace tranquilizarse y los entreabre poco a poco.

Se queda parada unos segundos como contemplando cada parte de ellos y cuando reacciona corre por encima de arroyo y se lanza a abrazarles. Al hacer esto se moja, pero no le importa, aunque no sean de verdad sus hermanos ella se conforma con poder tocarles, aunque solo sean un conjunto de líquidos.

Estos teniendo movilidad propia corresponden el cariño por parte de la chica y ahora ella comienza a sollozar mientras refriega su cara contra la de ellos.

ℓα ℓσвα ףυє αмαвα α ℓσѕ ∂яαgσиєѕ · AKATSUKI NO YONAWhere stories live. Discover now